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Channel: NACE UNA DOULA
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Malos tratos

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Quizás sea porque lo he vivido durante mi infancia y he tenido que hacer un gran trabajo personal para deshacer la cadena de violencia que imperaba en mi propia familia, pero no puedo entender qué lleva a una persona a pegar a un niño, más a su propio hijo. No comprendo por qué dentro una familia se elije este método de crianza que tantas desventajas probadas científicamente supone sobre todo a largo plazo en lugar de apostar por el respeto mútuo. Entiendo que los niños a veces desquician a los adultos. Esto es así no porque ellos lo pretendan. Sencillamente están aprendiendo a manejar sus  propias emociones y no pueden expresar lo que sienten en situaciones totalmente nuevas para ellos salvo recurriendo a la rabieta (los adultos también tenemos muchas rabietas a diario y normalmente nos contienen, no nos castigan). Y habría que tener en cuenta también que muchas veces somos los adultos los que estamos muy estresados por muchos aspectos de nuestra vida cotidiana que nada tienen que ver con nuestros hijos y tendemos a exgerar lo que ha sucedido. Las rabietas o los berrinches en demasiadas ocasiones nos desbordan por otros factores añadidos: problemas económicos o laborales, problemas con nuestra propia pareja, con los vecinos, etc. Le acabamos dando más importancia de la que realmente tieneal "mal comportamiento" de nuestros niños. Entiendo que los padres, la inmensa mayoría de las veces, pretenden modificar un comportamiento poco apropiado o poco aceptado socialmente y que lo hacen de la mejor forma posible. Quizás utilizando el único recurso que tienen a su alcance, a menudo repitiendo lo que han vivido en su casa cuando eran pequeños. La violencia se perpetura de generación en generación y hay que ser muy consciente para empezar a hacer las cosas de otro modo.

Recientemente, en un famoso programa de entrevistas que se emite los fines de semana, "El Chester",me llevé una decepción enorme con el filósofo José Antonio Marina. Defendió "el cachete en un ambiente de cariño". Os aseguro  que no di crédito a lo que estaba escuchando, un señor que ha abierto una Universidad de Padres Online. Son dos términos completamente opuestos: cachete y cariño. Y esto es así aunque quienes den el cachete sientan cariño o auténtico amor por la víctima (no puedo llamarla de otro modo). Estimar y respetar a alguien no nos libra de la responsabilidad de ser consecuentes. Pegar a los niños, aunque sea con el objetivo de evitar ciertas conductas peligrosas, inadecuadas o incómodas bajo la visión del adulto, no es para nada consecuente. Estoy segura que nadie quiere enseñar a sus hijos a que peguen en el colegio o en cualquier otro ambiente. Preferimos que nuestros hijos desarrollen la empatía, el diálogo o la resolución pacífica de los conflictos. ¿Por qué no predicamos entonces con el ejemplo? Nadie duda a estas alturas de que el ejemplo es el mejor recurso educativo. Si gritas a un niño, el niño aprende a gritar. Si insultas a un niño, éste sin duda aprende a insultar. Y si le pegas, el niño o la niña aprende a pegar. En definitiva, si no respetas a un niño no puede aprender a respetar ni a sus padres, ni a cualquier otro adulto, ni a sus iguales, ni tampoco a si mismo. Y aunque un niño tenga muchas influencias en su día a día, la mayor influencia hoy por hoy sigue siendo su propia familia.

Por otro lado, querer a alguien no justifica que demos por bueno y por positivo aquello que no nos gusta y que no aceptaríamos bajo ningún concepto en nosotros mismos. No creo que a nadie le guste que su pareja aplique la violencia de ningún tipo contra él o ella. O que alguien defienda los gritos, los insultos o los golpes dentro de cualquier relación adulta. Pegar, aunque sea en un ambiente de cariño, es un abuso de poder señor José Antonio Marina. Y, además, el castigo físico ya es delito penal en España. No se tipifica su intensidad y la ley suele activarse solamente en los casos más graves o más llamativos. Sin embargo, las autoridades son muy claras al respecto considerando que el castigo físico es una violación de los derechos del niño.

Hasta hace relativamente poco tiempo, yo misma pensaba que era justificable pegar a un niño cuando éste había puesto en peligro su integridad física. Sólo y exclusivamente en este caso. Por ejemplo, si un niño muy pequeño que aún no camina, sólo gatea, va a meter los dedos en un enchufe, yo pensaba que era sensato y coherente pegarle "un manotazo suave" para evitar que se llevara un calambrazo. Pero, ¿no creéis que es suficiente con decirle un "no" rotundo? La expresión facial de desacuerdo o enfado la entienden todos los bebés desde bien temprano. O mejor aún, ¿no es preferible prevenir esta situación poniendo protectores en todos los enchufes de la casa? Porque la curiosidad y la exploración son comportamientos innatos en todos los niños y ellos no tienen la culpa de que los enchufes estén colocados a su alcance. ¿Queremos castigar un compartamiento totalmente normal y esperable en un niño? Es totalmente absurdo si lo pensamos bien.

Me hacen hasta gracia los padres que dicen: "me duele más a mí que a mi hijo". ¿Por qué lo hacen entonces si es algo que causa malestar a toda la familia al completo? Creo que el cachete es lo más rápido para erradicar una conducta, pero estoy segura que no es lo más efectivo a largo plazo. Sólo se aprende la conducta a evitar, pero no se aprende lo que se debe hacer o lo que los adultos esperan de los niños. ¿Y realmente se aprende? Mediante el miedo no se aprende absolutamente nada. La obediencia por miedo no es obediencia, es represión. Y si hay algo que realmente nos produce a todos terror y congoja durante nuestra infancia o nuestra adolescencia es un padre o una madre enfadados. Por ejemplo, ¿queremos que nuestros aprendan que está mal mentir porque es un comportamiento no ético y una mentira conduce a otra mentira o porque diciendo siempre la verdad evitarán los azotes?

Y hay algo que me parece extremadamente peligroso del castigo físico: a menudo los hijos lo perciben como una venganza, un deshaogo de sus padres. Y en el fondo yo creo que es así: el cachete explicita la impotencia y la incapacidad del adulto para tomar otras medidas. Otras medidas que requieren tiempo, esfuerzo y paciencia, es cierto. El diálogo es algo que se debe trabajar desde muy temprano y requiere un gran compromiso paterno. Además, a largo plazo con el castigo físico, lo que ocurrirá es que probablemente el padre o la madre tendrán que aplicarlo cada vez con más frecuencia o con más intensidad para obtener el mismo resultado.

¿Y los hijos que afirman que ellos han recibido cachetes y que no están para nada traumatizados y llevan una vida completamente normal? Sinceramente creo que mienten o sencillamente no recuerdan o no quieren recordar la humillación, la rabia, la tristeza, la impotencia, la frustación o a la culpabilidad que sintieron en esos momentos. Porque, salvo en casos muy graves, los castigos físicos no dejan marcas o lesiones, pero a nivel emocional sí tienen muchas secuelas, a menudo durante un periodo muy extenso de la vida de una persona.

Ayer un padre de mi entorno le habló a su hijo por primera vez de un episodio muy triste que ambos vivieron durante su infancia. Ha tardado más de 25 años en intentar pedir perdón a su hijo por unos correazos que le dio por falsificar su firma en unas notas. Es un gesto que le honra, pero lo que le dijo no fue para nada suficiente. Es más, creo que causó más dolor. El miedo a la decepción y a la posterior reacción de un padre es demoledor y todos tenemos derecho a cometer errores, más un niño que se enfrenta a situaciones nuevas a diario y que está aprendiendo a convivir (cuántos adultos conocemos que no han conseguido este objetivo, que no saben convivir en muchos ámbitos de su vida). Su hijo, queriendo evitar un enfado paterno, complicó la situación aún más y obtuvo un enfado muchísimo mayor y un castigo físico mucho más contundente de los que había tenido hasta ese momento. La justificación para este acto tan mezquino (no puedo calificarlo de otra manera) fue que podía haber llegado mucho más lejos de donde ha llegado en su vida, que no aprovechó los estudios y que ahora podría tener un trabajo mucho mejor (un trabajo donde gane más dinero creo que es lo que entiende el padre por un trabajo mejor). Justificar que a tu hijo le pegaste porque es un fracasado según tus criterios personales y porque te ha decepcionado como hijo es más triste aún que haberle pegado. Nadie, mucho menos un niño, la persona más débil y desprotegida en esta sociedad, merece que le peguen. Venimos a este mundo para que nos amen incondicionalmente, no para cubrir las expectativas de nuestros padres, ni para lograr los éxitos que ellos no han podido lograr.

No creo que sea necesario que un episodio se repita para que sea maltrato. Y da igual si es una colleja, un coscorrón, una bofetada, un azote o un correazo. Todo es violencia, todo es un abuso sobre el cuerpo de otra persona mucho más débil y vulnerable. Pegar a un niño, gritarle o insultarle es maltrato y con una vez que suceda es más que suficiente, el daño psicológico ya está logrado, aunque sea con la mejor de las intenciones. El primer síntoma de que nos han hecho un daño emocional a veces irreparable pegándonos cuando éramos pequeños es justificar a nuestros padres. Les justificamos porque les queremos. Es muy dificil aceptar que la persona que te ha dado la vida, la que más te debe querer y la que te debería proteger en todo momento, te ha pegado, te ha causado daño "por tu propio bien". Esto es lo más lamentable de esta situación, no justificamos nunca si nos pega un desconocido. En el mundo adulto no existe la posibilidad de pegar "por tu propio bien", la violencia es siempre un acto ilegal y condenable. 

Aceptar que tus padres no son perfectos, que cometieron errores, aunque fuera con toda su buena intención, forma parte de nuestro propio proceso de maduración y la única forma de romper con este círculo de violencia hacia las nuevas generaciones. Sencillamente si no pegas a tu mujer, a un compañero de trabajo o a tu jefe ¿por qué vas a pegar a tus hijos? Lo que es inaceptable hacia los adultos, lo es también hacia los niños.

"Si vas a dejarle un legado a tus hijos, que sea de amor, contención y respeto. Si vas a romper tradiciones familiares, que sean las de maltrato, humillación y sumisión. Todos los días tienes que elegir qué perpetuar". Álvaro Pallamares.  

Con amor Sol.

En proceso

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Últimamente no tengo mucho tiempo para escribir. Tengo mi blog bastante olvidado, pero tengo una razón de peso para ello. He comenzado el tratamiento hormonal para la inseminación artificial y me requiere acudir a la clínica cada dos o tres días para que me controlen mediante ecografías. También he empezado el curso de Psicología Perinatal de Terra Mater, no haga más que leer historias impresionantes de nacimientos, por lo que no me queda mucho tiempo libre para nada. Pero sí me apetece contaros cómo estoy viviendo todo este proceso de búsqueda de nuestro bebé arcoiris por si estáis en el mismo momento o por si algún día tenéis que recurrir a la reproducción asistida para poder tener a vuestros hijos.

Siempre pensamos que nuestros hijos llegarán como resultado de un amor profundo y verdadero. No creo que haya nada mejor que concebir a nuestros hijitos como el resultado de una relación amorosa intensa, plena y enormemente placentera. Creo que pocas cosas producen tanto orgullo y satisfación como que nuestros hijos se parezcan fisicamente o en el carácter a nuestro amor. Pero, a veces, me temo que cada vez con mayor frecuencia por el retraso en la edad de tener a nuestro primer hijo, no puede ser así. Los hijos no llegan por el camino tradicional, por el camino esperado por todos, y recurrimos a los avances médicos para poder ser padres. Hay que atravesar un duelo para aceptar que nuestros hijos llegarán por otro camino al esperado y aceptado socialmente. En nuestro caso, además, hemos tenido que aceptar que sólo tendrían mi carga genética porque el papá tiene graves malformaciones en los espermatozoides y por esta razón mis embarazos anteriores no llegaron a término hace dos años. Hemos tenido que recurrir a un donante de semen para evitar que nos sucediera lo mismo.

A mí algo que me está ayudando bastante es no exponerme demasiado. No tengo ganas de que me juzguen y, aunque no oculto que estoy en este proceso, lo he compartido con pocas personas y todas de mi absoluta confianza. Si no lo entienden, no pierdo mi tiempo y no doy explicaciones. Prefiero compartir mi tiempo y mis energías con personas que me enriquecen y me nutren, y más en un momento tan delicado y especial. No hay mejor momento para huir de la gente que nos estresa, de personas tóxicas y dañinas, que cuando se comienza un tratamiento de fertilidad asistida.

Estoy cuidando mucho mi alimentación. Como fruta y verdura cruda a diario, he renunciado al café y a otros excitantes y continuo tomando ácido fólico y cápsulas de aceite de onagra cada mañana. También procuro descansar lo más posible. Entre semana me cuesta bastante cumplir este objetivo por los horarios de mi trabajo, pero los fines de semana me desquito y me quedo en casita disfrutando de mi pareja, las comidas ricas y nutritivas, las mantas y las buenas películas.

Recomiendan que no renuncies al sexo mientras dure el proceso, pero a mí, sinceramente, no me apetece demasiado. Estoy muy metida hacia adentro, pero tampoco me cierro en banda. Ya regresará la pasión cuando lo tenga que hacer. No creo que sea tan grave pasar etapas volcada en otros asuntos y existen miles de formas de demostrarle amor a tu pareja. Quizás sea una buena oportunidad para descubrirlas. Además, la reproducción asistida requiere mucho tiempo y muchas energías, por lo que dejas muchas cosas en un plano secundario. Entre trabajar, estudiar y acudir a la clínica varias veces a la semama para los controles ecográficos no queda tiempo para casi nada más.

Las inyecciones no me dan nada de miedo. Es cierto que cuando las compras en la farmacia y llegas a casa y las ves en sus envases impresionan un poco y no te ves capaz de ponértelas tú sola. Pero es suficiente con leer con detenimiento las instrucciones y también puedes encontrar algún tutorial en Internet para hacerlo a la perfección. Después de la primera inyección y comprobar que como mucho te haces un pequeño moratón, pero nada de daño, ya es todo mucho más sencillo. Probé a que mi pareja me pinchara en una ocasión y fue mucho más doloroso y me puse mucho más nerviosa, así que os recomiendo que lo hagáis vosotras mismas. Además, es una buena oportunidad para conocer tu propio cuerpo. Elije un momento de tranquilidad, tómate tu tiempo para organizarlo todo (el jabón para lavarte las manos, la toalla, el algodón, el alcohol, la inyecciones, etc.) y a por ello. Si te van a alterar o se van a poner nerviosos ellos, no lo hagas delante de nadie. Mejor tu tranquilita y sola en el baño o en cualquier otra parte de la casa donde te sientas cómoda. Yo he elegido hacerlo por la noche después de la cena porque es cuando llego a casa y más tranquila estoy de todo el día. Me pincho en la tripa, un poquito más abajo del ombligo, mientras estoy sentada en el sofá. Creo que es la mejor zona para pincharse por la grasa acumulada, pero también he conocido a personas que se han pinchado en el muslo con buenos resultados. No me lleva más de dos minutos todo el proceso. Sólo hay que pincharte con un poco de desición para evitar que te salga un moratón. Y si sale el temido moratón siempre podemos recurrir a alguna cremita o a aplicar hielo en la zona afectada.

Estoy aprovechando también para dar largos paseos, para tomar el sol y para hacer otras actividades de las que disfruto enormemente: leer, pintar mandalas, escuchar música, meditar, etc. Cualquier cosa que me haga sentir bien y que me conecte conmigo misma y mi futuro bebé. Se trata de estar lo más relajada posible, que ya el proceso en sí es de sobra estresante.

Acudir a la clínica tampoco me está supuniendo mucho esfuerzo, sólo he tenido que cambiar un turno en el trabajo para poder asistir. Además, la verdad es que me está resultando muy interesante que me indiquen cómo va creciendo mi endometrio y cómo van desarrollándose mis folículos. Les llamo mis chiquitines y estoy muy orgullosa y emocionada con ellos. Tengo un alumno aventajado en el ovario derecho y estoy casi segura que se convertirá en mi futuro hijo.

El desembolso de dinero sí que ha sido importante. Además, no sabes cómo va a reaccionar tu cuerpo y empiezan siempre con la menor dosis posible para incrementarla después si no se va consiguiendo el resultado esperado. Yo creo que realmente merece la pena ajustar un poco el presupuesto familiar para alcanzar tu sueño. Actualmente en la mayoría de las clínicas te dan la posibilidad de financiar los tratamientos y de pagarlos en cómodos plazos. Es lo que hemos hecho nosotros. Lo negativo es que si no funciona a la primera, no te van a financiar más tratamientos. Hay que finalizar el pago completo del primer tratamiento para que te financien uno nuevo. Nosotros también estamos en la lista de espera de la Seguridad Social, pero, normalmente, hay años de espera. Hay que valorar si nos merece la pena esperar, si realmente tenemos la posibilidad de poder esperar por nuestra edad o si preferimos ahorrar o pedir un préstamo y recurrir a una clínica privada.

No me estoy notando demasiados cambios a nivel emocional. No estoy ni más irritable, ni más sensible, ni nada parecido. Aunque sí que es cierto que a nivel físico sí me lo noto: me siento más hinchada. Espero que sea algo totalmente temporal. Por otros casos que conozco sí que viven un completo torbellino emocial. Yo creo que es totalmente normal. La carga hormonal es mucho más alta que en un ciclo natural y si hay muchas mujeres que les altera su propio ciclo, imaginaros un ciclo controlado mediante medicación. Y creo que influye enormemente como seas. Si normalmente ya eres una persona nerviosa o muy inquieta creo que un tratamiento así te lo va a incrementar. Es un buen momento para practicar yoga, meditación, hacer ejercicio físico o cualquier otra técnica que nos ayude a relajarnos.

El proceso de la inseminación en sí, y ya no os cuento nada de la beta espera, ya va a ser otro cantar. Ya os contaré. De momento, resistiendo.

Con amor Sol.

Mi inseminación

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Pues para los seguís habitualmente mi blog o mi página de Facebook ya estáis al tanto de que el lunes pasado, el día 2 de febrero, me sometí a una inseminación con semen de donante. Finalmente me atreví a preguntar a mi ginecóloga y a mi enfermera acerca de las características físicas del donante. En España son los únicos datos que se pueden conseguir y, la verdad, es que nos daba igual conocer estos datos, pero buscan que se pueda parecer al padre. Es moreno, con ojos marrones, más de 190 cms de altura y tiene tan sólo 19 años. La verdad es que sería una buena anécdota, por decirlo de alguna manera, que haya logrado quedarme embarazada con mi pareja y su cliptozooespermía incluida y no lo consiguiera con este donante que, en principio, parece el ideal.

El proceso de inseminación en sí es muy rápido, mucho más rápido de lo que me imaginaba. Es totalmente indoloro, ni siquiera notas que te están introduciendo la cánula con el semen y en un par de minutos finaliza todo. Fue mucho más molesto la histerosalpinografía. Le pedí a mi chico que se atreviera a mirar lo que me estaban haciendo, pero no quiso hacerlo, estas cosas le impresionan mucho. Como para que me acompañe en el parto, ja ja ja ja. Yo sólo acerté a ver con dificultad la jeringa y una cánula. Luego te dejan unos diez minutos en reposo con las piernas ligeramente en alto en la misma camilla donde te acaban de inseminar. Es mucho más tiempo de lo que dura la inseminación. No está demostrado científicamente que quedarte quieta después de la inseminación sirva de algo, pero yo creo que lo hacen por tu tranquilidad. Por lo menos es un tiempo que puedes compartir en intimidad con tu pareja, aunque el lugar no sea el más apropiado para el romanticismo. No puede evitar sentirme un poco como las vacas o las yeguas que he visto en reportajes de la 2 cuando las inseminan en contra de su voluntad. La verdad es que no creo que nadie haya imaginado jamás que consiguiría un embarazo por un medio tan poco natural. Pero llegas a darles ánimos a los bichines para que lleguen y hasta a bromear con cosas como:"acabo de estar con otro delante tuya".

Ahora estoy tomando por vía vaginal progesterona cada 12 horas. La tendré que seguir tomando incluso cuando ya tenga mi ansiado positivo. Es muy incómodo porque la vas expulsando poco a poco durante todo el día. Me siento como un caracol que deja a su paso un gran rastro de babas. No sé si es por la medicación anterior, por la misma progesterona o porque ya estoy embarazada y tengo síntomas muy tempranos, pero no me siento nada bien. Estoy vomitando a diario y he perdido peso. Además, estoy sitiendo mucho más frío de lo normal. Coincide con que en media España está nevando o con un viento huracanado. Tengo que realizar un esfuerzo atroz para salir de debajo de las mantas y comenzar mi día.

Emocionalmente no hago más que buscar síntomas. Salvo los vómitos, no estoy experimentando nada más. Quizás tengo un poco más de sueño, pero con este frío no es nada extraño y, además, me comentó la enfermera que es uno de los síntomas de la progesterona. Con mis anteriores embarazos que no llegaron a término tuve síntomas muy intensos antes incluso del test. Todavía recuerdo el asco que me producía todo tipo de olores y el intenso dolor de pecho.

La betaespera es dura, muy dura. Cuando estás pinchándote a diario te crees que no habrá nada peor, pero sí lo hay. La betaespera es mucho peor. Durante el proceso estás acompañada y contenida, pero en la betaespera estás sola. Intentas confiar, pero al mismo tiempo no quieres hacerte muchas ilusiones por si acaso. Te despiertas por la mañana y te crees embarazada, pero te tocas el pecho y compruebas que está igual que siempre y te hundes en un pozo muy hondo. Intento no culpabilizarme por cómo lo estoy viviendo. Simplemente no lo sé hacer mejor o de otra forma distinta. Me sienta muy mal que la gente me diga cómo lo tengo que vivir. Me aconsejan que tenga paciencia, que lo único que se puede hacer ahora es esperar. Todo eso ya lo sé yo. Sigo insistiendo en que no trato de poner al mundo entero a mis píes, pero que sí me gustaría que me dejaran vivir este proceso a mi manera, que no sé si será la mejor forma de hacerlo, pero es la mía. Es exáctamente lo mismo que en cualquier otro proceso vital, sólo que para mí esta etapa es mucho más importante que cualquier otra porque se trata de cumplir mi gran sueño.

Por lo demás, intento continuar con mi vida tranquila, libre de estrés y alejada de personas tóxicas. Creo que en estos momentos es lo más sano y sensato que puedo hacer. Continúo con mis largos paseos. Ayer mismo me abrigué mucho y estuve caminando durante más de una hora por la ciudad. Aproveché para tomar fotos curiosas. Mi nueva afición: captar instantes que me regala Madrid. También sigo con mis lecturas de temas que no tienen nada que ver con la maternidad para despejar la mente. Estoy preparando comidas ricas y nutritivas y, por supuesto, no renuncio a mi merecido descanso nocturno y durante el fin de semana. Mi pareja y yo estamos disfrutando más que nunca de nuestra mutua compañía. Consigamos o no el embarazo, por lo menos esto no nos lo podrá quitar nadie.

El próximo día 17 sabremos por fin si ha funcionado o tenemos que repetir el proceso. Hay parejas que no aguantan más la presión y se hacen un test de embarazo antes de las dos semanas de rigor, pero lo más habitual es que el resultado no sea fiable. Salvo que sea positivo que, entonces sí, estás embarazada porque detecta una hormona que sólo y exclusivamente se da durante el embarazo. Pero puede tratarse de un falso negativo porque lo hayas hecho demasaido pronto y unos días después obtengas el positivo. O de un negativo sin más, la peor de las opciones. También me ha comentado una amiga que lleva varios tratamientos que incluso se puede dar un falso positivo. Ni sabía que esto era posible. Se debe a toda la medicación previa para provocar la ovulación. En cualquier caso, es mucho más seguro esperar a que la clínica te haga el análisis en sangre para confirmar o no el embarazo. Mientras tanto toca seguir esperando, celebrar el día 8 el cumpleaños del papá, acudir el día 10 a nuestra primera cita en infertilidad a través de la Seguridad Social, celebrar los Carnavales, etc.

Con amor Sol.

Reflexiones sobre procesos de infertilidad

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Cada vez con más frecuencia pasa lo que os voy a contar a continuación. No sé sabe exáctamente por qué sucede esto. Quizás por el incremento en la edad en tener al primer hijo, por la exposición a diferentes productos químicos, por el empeoramiento en nuestra alimentación, por el estrés que tenemos todos, etc. Pero cada vez es más frecuente recurrir a tratamientos de reproducción asistida para convertirse en padres. Acabar derivada a infertilidad, tener que utilizar diferentes tratamientos de fertilidad para conseguir un embarazo, tu hijo soñado, es un duelo. Un duelo realmente mucho más devastador de lo que puede parecer en un principio. La mayoría de las personas piensan que hoy día la Ciencia lo puede resolver casi todo, que para eso están los avances médicos y que el proceso es muy fácil y rápido. Creo que deben pensar que sólo hace falta tener dinero, ir a la clínica, que te hagan la inseminación, te quedas embarazada y se acaban todos tus males. Lo único verdadero es que hace falta tener dinero, como para casi todo en esta vida. Lo cierto es que la infertilidad es un duelo después de un proceso muy largo, de muchas lágrimas derramadas, de muchas ilusiones rotas mes tras mes. Un duelo no reconocido socialmente, lo que supone para las familias un incremento en su dolor y en su desesperación, ya de por si dificilmente soportable. Todas las personas que deseamos ser padres pensamos que nuestros hijos serán el resultado de un amor mútuo, profundo y verdadero y que llegarán como consecuenia de relaciones sexuales muy placenteras. Nadie sueña con que sus hijos serán concebidos en una probeta o en una jeringa. Leer cosas del tipo"son niños del frío" es extremadamente doloroso. Si algo son estos bebés son seres muy deseados y anhelados desde hace años. Donde se han concebido en primer lugar estos bebés es el corazón de sus padres, como cualquier otro hijo.

Si tienes algún problema para quedarte embarazada con toda probabilidad antes o después darás con una mujer que te cuente que ella se quedó sólo con olerlo, que es super fértil (¿habrá que sembrala patatas también para comprobarlo?). Yo, sin haber estado presente el día que se quedó embarazada esta señora, sé con toda seguridad que hizo algo más que oler el semen de su pareja. Es ridículo y bochornoso presumir de fertilidad en pleno siglo XXI. ¿A alguien le puede parecer bien que se presuma, por ejemplo, de ser alto cuando es un factor genético que no elegimos y que no podemos, por lo tanto, desarrollar de ninguna manera?. Esto es lo mismo que cuando tienes un hijo que se despierta por las noches más veces de lo que el resto del mundo considera como normal y esperable en un bebé, pues la vecina, tu cuñada o cualquier otra madre te dirá que el suyo duerme toda la noche del tirón, que es un "bebé buenísimo". 

Tampoco faltará el que te aconseje que te relajes, que no te obsesiones con el tema y que te vayas de vacaciones. Esto se lo oirás hasta a los médicos que te tratan. Es verdad que el estrés no es buen aliado ni para la reproducción, ni para la salud en general. Pero también es cierto es que las mujeres nos hemos quedado embarazadas a lo largo de la historia hasta en mitad de una guerra. ¿Se os ocurre una situación más estresante? Y todo este proceso ya es estresante de por sí como para estar escuchando consejos no pedidos y que realmente no ayudan en absoluto.

Por supuesto todo el mundo asumirá que es un problema femenino, nunca masculino. El machismo es aún hoy en día muy evidente y nos hace mucho daño a todos. Yo después de dos pérdidas muy seguidas en el primer trimestre del embarazo me hice infinidad de pruebas, incluso algunas pruebas las repetí pasados unos meses para comparar los resultados. También es muy frecuente acudir a varios especialistas y acabar mareado de tanta consulta médica. La respuesta de mi ginecóloga ante unos resultados totalmente normales y sin nada que destacar fue: "ha sido simplemente mala suerte y dentro de nada te veremos de nuevo embarazada por aquí". En ningún momento me dijo que mi chico también debería hacerse pruebas y más teniendo en cuenta que las pruebas masculinas son realmente sencillas. Un seminograma no es más que obtener una muestra de semen mediante masturbación. Creo que es la única prueba médica que, en principio, no resulta molesta que, incluso, puede ser placentera. Hasta los propios médicos asumen sin ninguna evidencia científica que suele ser un problema femenino. Para que os deis cuenta de lo disparatado y grotesto de este discurso un simple dato: a las clínicas de reproducción asistida sólo el 15% de los seminogramas que les llegan son normales. El resto, la inmensa mayoría, presentan anomalías de menor o mayor gravedad en cuanto a número, movilidad o morfología. Las causas de la infertilidad pueden ser muchas y muy variadas, pero en la mayoría de los estudios se indica que más o menos el 30% es por causa femenina y el 30% es por causa masculina. También se dan casos de que ambos miembros de la pareja tienen algún tipo de problema y en un porcentaje también alto la causa es inexplicable. Pues a mí, repito, no me dijo ningún médico que sería conveniente que mi chico también se hiciera pruebas, llegamos nosotros solos a esa conclusión.

También hay gente que te recuerda, no sé ni con qué tipo de intención, que se está muy bien sin hijos, que perderás libertad y que mejor aprovechar ahora que todavía no han llegado para viajar, para salir a cenar, para acudir a conciertos, etc. ¿Qué parte no entienden de que realmente tu cuerpo y tu alma, todo tu ser, desea ser madre, que te da igual renunciar a ciertos "placeres" o"privilegios"de tu vida?

Si te ves obligada a recurrir a un donante de semen o de óvulos o, incluso a la adopción de embriones, la gente se atreve a decirte cosas del tipo "pero entonces no serán nada tuyo". ¿Y qué contestas? Yo creo que ni hay que molestarse en dar una explicación ante semejante comentario totalmente fuera de lugar. No merece la pena gastar energías con personas tan insensibles. ¿Cómo que no serán tuyos? Si los vas a engendrar y a parir. Si llevas soñando con ese ser de manitas regordetas desde hace años, tu vida entera incluso. No se pide a nadie que lo comprenda, pero el respeto es fundamental como en cualquier otro proceso de la vida.

Parece que el ciclo natural de la vida es tener hijos de joven y, de mayor, pues nietecitos. Encima das con "graciosos" que te dicen: "y si no tienes hijos, ¿quién te va a cuidar cuando llegues a viejecita?". Sin palabras, me quedo muda. Los hijos no nos pertenecen. Se tienen hijos para que abracen al mundo y, de esta forma, también nos abrazan a los padres. Tenemos hijos para que sean libres, no para que nos cuiden de mayores. Incluso una vez una madre de un solo hijo me dijo algo similar a: "me gustaría tener dos hijos. No me gustaría quedarme con un hijo único por si le pasa algo o no me llevo bien con él cuando sea adulto, así me quedaría el otro". Esto yo no sé ni cómo digerirlo. No lo entiendo, no quiero comprender este argumento tan egoísta y tan inmaduro. Los hijos no son reemplazables unos por otros. A mí me daría pena tener un único hijo por si se pierde la oportunidad de disfrutar y de aprender con un hermano o hermana. Lo siento por él o por ella, no por mí.

No poder tener hijos es quedarte congelada en el tiempo mientras la vida de lo demás sigue hacia adelante totalmente ajena a tu dolor. Precisamente tú te aferras a tu dolor porque es lo único que sientes que te queda. Nadie te entiende. No es una impresión tuya en un momento muy vulnerable, es la realidad. Los que no quieren tener hijos no te comprenden y los que los tienen te miran con cara de pena y de condescendencia.

No poder tener hijos es no poder hacer planes en un futuro. Por ejemplo, no puedes aceptar un trabajo en el extranjero, ¿y si me quedo embarazada?

No poder tener hijos es sentirte culpable. ¿Por qué no fuimos antes a hacernos pruebas? ¿Por qué esperamos tanto? ¿Por que nos fuimos de vacaciones en lugar de ahorrar ese dinero para los tratamientos?

No poder tener hijos, en el caso de las mujeres, es hacer un trabajo enorme de reconciliación con tu propio cuerpo, con tus propios fluidos. Sabes que no es sano odiar tu menstruación, pero no resulta nada fácil cuando en multitud de foros de infertilidad se la llama "la guarri", un término totalmente despectivo. En el caso de que la infertilidad sea masculina, es sentirte extremadamente culpable por lo que está pasando tu pareja.

No poder tener hijos afecta a todos los ámbitos de tu vida: 

* a tu relación de pareja (te planteas si seremos lo suficientemente felices sin hijos, si nuestra vida será igual de plena, si seremos capaces de darnos un poquito más de amor para compensarnos...). Incluso en los momentos de más tensión eres capaz de decir cosas como: "busca a otra con la que puedas tener hijos, no te mereces todo esto". En el fondo sabes que hay mil formas de dejar tu huella en este mundo, pero el peso de los hijos es tan grande, hay tanta presión social. Una pareja es tu presente y te tienes que centrar en ella. Un hijo no deja de ser una proyección de futuro. Pero ¿qué futuro? Tu mayor sueño, como siempre habías imagiando tu vida, rodeada de niños y con juguetes esparcidos por el suelo.

*  a tu trabajo, a tu red social (la mayoría de las personas de tu entorno tienen hijos y a veces te tienes que alejar para que no te hieran con las mejores intenciones). Por no hablar que las visitas al ginecólogo son muy frecuentes y tienes que hacer malabares en el trabajo para poder acudir: cambiar turnos, poner mil excusas para faltar, etc.

Seguro que si estás en un proceso similar te paso todo esto u otras cosas diferentes. ¿Te apetece compartirlo?

Con amor Sol.

Escritos de doula canibal

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El rítmo de estos tres últimos días ha sido frenético tanto a nivel personal, como profesional: mi beta con resultado negativo (menuda decepción), el segundo módulo del curso de psicología perinatal en Terra Mater y El Informe Doulas.

Es tan osado llamar a estos 25 folios "informe". Se trata en realidad de un dossier de prensa muy sensacionalista y totalmente ridículo. Sí, el Comité de Enfermería ha hecho el ridículo más espantoso presentando este conjunto de imprecisiones, errores, generalizaciones más que grotescas y falacias varias. He hablado con muchos profesionales sanitarios en estos días y se sienten totalmente avergonzados por los recientes acontecimientos y, en concreto, por esta desfachatez que han denominado "La Verdad sobre las Doulas"(título más propio de una película de terror). Estos grandes profesionales, que no dudan en mostrar su apoyo público a las doulas, consideran que este Comité no les representa en absoluto. Los miembros del Comité que han redactado esta absurdez donde se ponen en evidencia ellos solos con apartados como "los consejos de las doulas"que remiten a dos artículos escritos por matronas. Por ejemplo, el artículo "No te bajes las bragas" está escrito por Inma Marcos, matrona e IBCLC. Ella lo facilitó al Parto es Nuestro, asociación de mujeres y hombres  implicadas con el parto respetado, en ningún caso asociación de doulas. Y esto sólo es un ejemplo de los errores garrafales que se encuentran en este "informe". Hay muchos más como se han publicado estos días en números artículos. Os dejo el siguiente artículo  escrito por DONA LLUM - Associació Catalana per un Part Respectat para que sigáis ampliando la información:

Informe Doulas: ¿una conspiración?

Sinceramente creo que sería mejor que retiraran este trabajo de tres o cuatro años de investigación cuanto antes para que deje de afectar a su reputación. Os resumo brevemente el famoso informe:

* Las matronas son buenas y seres casi angelicales.

* Las doulas somos perversas (personajes siniestros como afirmó en la rueda de prensa el presidente de este comité de "Barrio Sesamo", el señorMáximo A. González Jurado) pertenecemos a una secta y engatusamos con malas artes a la mujer en nuestro propio beneficio.

* Las mujeres somos extremadamente tontas, manipulables hasta el extremo de no denunciar cuando nuestros hijos mueren por negligencias provocadas por las doulas (en los hospitales todo el mundo sabe que no hay fallecimientos de bebés). Esta acusación tan terrible la hace la matrona Emilia Redondo en uno de los vídeos que aparece en la página web. Las mujeres nos dejamos engañar totalmente por las doulas y si hiciéramos siempre caso a las matronas, sin cuestionarnos nada de lo que las dicen o nos hacen,nos iría infinitamente mejor. Tenemos que ser unas niñas buenas y obedientes para que este sistema no salte por los aires.

Sinceramente, ¿alquien se puede creer algo de esto? ¿No apesta a caza de brujas, a guerra de intereses, a un miedo irracional a que te quiten tu puesto de trabajo, a echar la culpa de tu propios errores y carencias a los demás o a buscar una cabeza de turco a un situación insostenible en muchas de las maternidades de este país donde los ginécologos están apartando a las matronas de los paritorios? Es una situación tan bochornosa que hasta se te quitan las ganas de pronunciarte al respecto. Me da vergüenza ajena que calumnien al colectivo al que pertenezco con semejantes estupideces.Y que calumnien a muchos más profesionales implicados con el parto respetado. No creo que a las matronas que aparecen este informe están muy contentas cuando no se les ha reconocido su titulación y se afirma que sólo son doulas. Mi blog no aparece en este informe, por lo que no me iba a molestar ni en contestar por aquello de no hay mayor desprecio que no hacer aprecio. Pero lo que no puedo consentir de ninguna manera es que a todas las mujeres nos dejen por los suelos, como seres incapaces de pensar por si mismas e incapaces también de tomar decisiones correctamente informadas sobre la salud de nuestros hijos y la nuestra propia. Somos las principales interesadas en proteger a nuestra propia familia, no faltaba más. En este pseudoinforme hay algo muy grave y lo tengo que comentar. 

SE NIEGA LA VIOLENCIA OBSTÉTRICA.

Se nos acusa a las doulas de habernos inventado este término y de utilizarlo como argumento para asustar a las mujeres para que no acudan a los hospitales para dar a luz. Me parece algo tan grave como negar la violencia hacia la mujer en cualquier otro ámbito. Vivimos en un país donde al cabo del año el machismo provoca más muertes en mujeres que el terrorismo, eso no se puede negar. La Organización de Mundial de la Salud se pronunció al respeto de la violencia obstétrica el año pasado, esto tampoco se puede negar. En otros países ya está recogido este término y tipificado como delito en su legislación. En este "panfleto" se insinúa que es exagerado considerar violación que una matrona meta los dedos en tu vágina sin tu consentimiento previo. De exageración nada, introducir los dedos en el cuerpo de una mujer si ella no quiere que se haga, si se ha negado verbalmente o por escrito, es violación tanto si lo hace su marido, como si lo hace una persona que lleva una bata blanca. Es más, a estas alturas poca gente es capaz de quitarle importancia públicamente al abuso de un hombre hacia una mujer, pero la violencia obstétrica no está aún legalmente reconocida en España, se habla poco de ella y la mujer que la sufre no encuentra apoyo social, se siente más indefensa si cabe y no puede ir a la policía a denunciar. Como mucho puede poner una hoja de reclamaciones en el hospital.

Hay muchos profesionales trabajando para que la atención en psicología perinatal cambie en España y este informe supone un retroceso de muchos años en la atención a la mujer y sus hijos. Inviertan el dinero del contribuyente en hacer un estudio sobre la violencia en los paritorios y no en esta chapuza monumental.

Sin olvidar que también los profesionales sanitarios tienen secuelas importantes como consecuencia de esta violencia obstétrica. Muchos padecen estrés y ansiedad porque se ven forzados a realizar algo que realmente no desean hacer, maniobras que están totalmente desaconsejadas por la OMS (episotomías rutinarias, maniobra kristeller, cesáreas innecesarias, etc.).

Como he comentado, me parece gravísimo negar que también se ejerce violencia en los hospitales. Los testimonios de mujeres en El Parto es Nuestro o en Apoya Cesáreas, por ejemplo, no son un cuento, son reales y son casos de violencia hacia la mujer y, sobre todo, violencia hacia sus hijos. Mujeres que llegan a estar diagnósticas con Síndrome de Estrés Postraumático. Algo muy serio con lo que nadie debería bromear. Aquí se está hablando del dolor de una mujer en un momento muy vulnerable, probablemente el momento más vulnerable de toda su vida. El parto puede ser una experiencia gloriosa o una auténtico maltrato físico y psicológico que tarda años en superarse.

Todo lo demás me parece tan grotesco que no merece la pena ni comentarlo. ¿Cómo vamos a obligar a una mujer a comerse su placenta si muchas veces no somos ni capaces de conseguir que nuestros propios hijos se coman la verdura? Además, una mujer puede hacer lo que quiera con su placenta: la puede ver, tocar, estamparla en una lámina para crear su propio cuadro, enterrarla, guardarla en el congelador de su casa hasta que sepa exáctamente qué quiere hacer con ella, ¿y por qué no? COMÉRSELA si así lo desea. No se mata a ningún miembro de su misma especie para obtener una placenta. Canibalismo sería comerse a su bebé. Me parece un intento lamentable de crear morbo y alarma social. Y de sobra saben las matronas donde acaban las placentas de las mujeres que paren en los hospitales: en botes. Se utilizan para cremas antiarrugas, por ejemplo. ¿Por qué no explican esto? Ayer mismo una pediatra me confirmaba que es así, que no es para nada un mito o una leyenda urbana.

Los vídeos que aparecen en la página web son secillamente penosos. Aparecen todo el tiempo imágenes de partos muy intervenidos, bebés prematuros en incubadoras, todo patológico, para nada natural. La matrona Emilia Redondo, al parecer trabaja en Murcia (creo que en un centro privado y quizás quiere quitarse competencia porque es una de las impulsoras de este descalabro), dice cada burrada en uno de los vídeos que clama al cielo. Lo que más me espeluznó fue que afirmara literalmente que"tú puedes parir en casa con velitas, incienso y que tu niño nazca perfecto, pero a los ocho años puede que se vuelva tonto". ¿Existe alguna evidencia científica sobre esto? Rotundamente no. Además, la palabra "tonto" es tan despectiva, tan hiriente. Ojalá asociaciones de personas con discapacidad tomen también medidas al respecto.

Pues sin comerlo ni beberlo me vi en un debate radiofónico con esta mujer, Emilia Redondo, para una emisora del País Vasco. Me llamaron con muchas prisas y muy poca organización y acepté porque estaba realmente indignada sobre todo como mujer. Cuál fue mi sospresa al comprobar que mi contrincante era esta matrona salvadora de las terribles doulas. Me puse muy nerviosa, no me dejaba hablar y me faltaron muchas cosas por decir, pero quedó clara mi postura. La entrevista la podéis escuchar en el siguiente enlace:


Reflexionado sobre lo que explicó Emilia Redondo después de la entrevista me di cuenta de un detalle importante. Emilia Redondo comentó que a su consulta llegó una mujer con un desgarro en el periné que no estaba cosido. Había parido en casa y no la había atendido una persona con titulación sanitaria acreditada. La mujer no quería denunciar. ¿Y Emilia Redondo no está obligada como personal sanitario a denunciar esta irregularidad? No, ella decidió ponerse a investigar por Internet. Puede que también pasen por su consulta mujeres que un día llevan un ojo morado, otro día tienen el labio roto o un diente menos. Puede que la mujer esté muy confundida en ese momento, puede que tenga un miedo atroz, puede que diga que se ha caído por las escaleras, pero el personal sanitario en cualquier caso siempre está obligado a denunciar. La ley es muy tajante al respecto. ¿Sería lógico que en este segundo caso que comento hiciera de detective (tanto que hablan de intrusismo) y se pusiera a buscar al hombre que vive con la supuesta mujer maltratada? No denunciar es un grave error de praxis señora Emila Redondo. Queremos denuncias caso por caso de las doulas que se extralimitan en sus funciones. Queremos nombre y apellidos de las que atienden partos orgásmicos con bebés sanísimos y de las que atienden partos con resultados catastróficos. Las doulas somos las primeras interesadas en denunciar estos casos porque nos dan mala fama y, sobre todo, porque son una agresión a la mujer y a su bebé en toda regla.

Cosas buenas que están pasando a raíz de este informe

1. Se habla de las doulas por todos lados, por fin nos van conociendo. Quizás las matronas están consiguiendo justo lo contrario de lo que pretendían.

2. Mucha gente está enviando mensajes de apoyo: familias, profesionales de la salud en general, matronas, etc.

3. Los medios no paran de llamar. A mí me entrevistaron.

4. Queda patente nuestra necesidad de regulación y de unirnos. Ahora es más necesario que nunca.

5. El informe fue tan mal elaborado (menos mal que por lo menos ya corrigieron muchas faltas de ortografía) que se les vuelve en contra.

Y para firmar la petición que retiren este informe de la vergüenza redactada por la psiquiatra infantil Ibone Olza:

Petición de retirada del informe Doulas.

Para utilizar imágenes o para mandar un email al señor Máximo A. González Jurado por aquí.

Y si eres enfermero/a o cualquier otro personal sanitario y no te identificas con este informe puedes firmar aquí. 

Con amor Sol.

10. Miércoles Mudo. Stop Informe Doulas

No sé quién soy

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Agotada de los acontecimientos de las últimas semanas, de todo este conflicto entre las matronas y las doulas. Me parece un conflicto irreal, inventado en gran parte y muy exagerado por los "medios de desinformación". Aunque sé que hay partes verdaderas, aunque, ya digo, exageradas y llevado todo hasta el ridículo más grotesco.

Estoy aún más cansada si cabe de las luchas internas entre las doulas. No entiendo nada, no quiero entender nada. No me manejo bien cuando algo se escapa a mi control. Ya sé que es imposible controlarlo todo, pero soy así, no tengo remedio. Acabo de dejarme diagnosticar como una persona altamente sensible (primera vez que lo menciono en público) y el prefeccionismo y la vulnerabilidad ante las situaciones estresantes es una de mis principales características. Me siento como Mafalda gritando con la boca bien abierta y a pleno pulmón: "¡¡¡Paren el mundo que me quiero bajar!!!". O será que, en el fondo, soy una loba solitaria y lo de trabajar en equipo no es precisamente mi fuerte.

He titulado a este post"no sé quién soy". Probablemente nunca logre averiguarlo, pero sí tengo claro lo que no soy y esto es muy buen comienzo, el mejor comienzo. Y también sé lo que hago.Yo acompaño. Parece algo muy sencillo, al alcance de cualquiera, pero no lo es en absoluto. Limitarte exclusivamente a acompañar es algo muy complejo y requiere una dosis extra de seneridad. Acompaño sin más, sin aderezos, ni florituras. Sin terapias de ningún tipo, sin juicios de valor, sin el recurrente "ya te lo dije yo".Me siento feliz y orgullosa de poder hacerlo de este modo, mi modo. Primero me acompaño a mí misma. Después acompaño a mi pareja en sus luchas diarias, que son las mías también. Profesionalmente acompaño a mujeres en sus diferentes caminos. Acompaño a mujeres que se han convertido en madres. Acompaño a familias, familias de todo tipo y condición.

Seguramente he cometido muchos errores en mi trayectoria profesional, como educadora primero, y después como doula. Errores que han provocado que me parara a reflexionar y a optar por otras alternativas. A veces también me he visto obligada a derivar a otras personas más adecuadas que yo para ese acompañamiento en concreto. No siempre me he limitado a estar, a confiar en la otra persona, a fomentar su autonomía. No es fácil permanecer calladita y quietecita cuando ves que la persona a la que acompañas está a punto de tropezar con una piedra. Es más complicado aún si se trata de un ser querido. Por eso el acompañamiento de las doulas es un acompañamiento objetivo y neutral. Las piedras en nuestro camino están puestas por algún motivo. Quizás para que aprendamos algo. Respeto totalmente las experiencias personales de la otra persona. Siempre digo que es su personal vivencia, no la mía y no puedo, ni debo orientar en ninguna dirección. Por eso entiendo que acompañar es ver las pontencialidades de la otra persona, no entrar en juicios de valor, no ofrecer consejos y recomendaciones no pedidas, no asesorar y, por encima de todo, es respetar todas las decisiones de la otra persona. ACOMPAÑAR ES RESPETAR con mayúsculas, aunque yo crea que en las mismas circunstancias haría algo completamente diferente. Repito: no es mi historia, yo soy otra persona diferente con otras experiencias, con otro entorno que me apoya o me limita, con otras motivaciones, etc. No es justo, ni honesto tratar de influir en la toma de decisiones de nadie. Tampoco sería ético que intentara sanar mi propia historia a través de la ayuda a terceros. Lo de soluccionar tus propios problemas ayudando a ver la luz a los demás quieran o no quiera. Todas las doulas deberíamos hacer terapia, siempre lo he dicho.

Os voy a contar una historia. Una historia sin nombres, una historia de aprendizaje y respeto mútuo. Es la primera vez que hablo de unos de mis acompañamientos y no estoy segura de que sea apropiado y correcto hacerlo, pero preservo la intimidad de esta familia y creo que puede ayudar a que se entienda el concepto de acompañamiento. Aunque creo que ya desisto de explicar este término de aquí en adelante.

No recuerdo en qué mes se puso en contacto conmigo, sólo recuerdo que fue un sábado por la tarde. Yo estaba disfrutando de la tarde en una cafetería junto a mi chico y en lo que menos pensaba era en el trabajo. Me mandó un wassap explicando que su primer bebé acababa de morir dentro de su útero y no se sentía con fuerzas para seguir viviendo. Esa misma semana me acerqué a su pueblo para conocerla. Nos vimos en una cafetería cercana a la estación. No quiso invitarme a su casa porque la tenía muy sucia y desordenada según sus propias palabras. Le dije que daba igual, que lo primero era ella y que la casa podía esperar. Me explicó que se sentía muy sola, que nadie a su alrededor hacía por entenderla, que todo su entorno se dedicaba a quitar importancia a lo sucedido. Me comentó que había sacado el test positivo de su bolso porque sus familiares le decían que se tenía que olvidar cuanto antes de ese bebé, que las cosas pasan por algo y que probablemente había sido lo mejor. "Guardar esas cosas no es nada sano" era la frase que más escuchaba en esos días. Le dije que no era necesario que hiciera eso, que podía llevar el test junto a ella todo el tiempo que quisiera llevarlo, que era un bonito recuerdo de su bebé. Pero que, en cualquier caso, deshacerse de ese test no implicaba que su bebé no hubiese existido, que ella no lo olvidaría nunca, aunque desapareciesen todas sus cosas. Le dije también que, en la medida de sus posibilidades, se alejara de esas personas que no se mostraban empáticas con su dolor, no porque fueran malas personas, sino simplemente porque su grado de conciencia era otro y afortunadamente a ellos no les había tocado vivir lo mismo que a ella. Son experiencias tan duras que resulta muy complicado encontrar a alguien que lo entienda sin haber pasado por lo mismo.

Siempre que lo ha necesitado, se ha vuelto a poner en contacto conmigo por diferentes vías. Me ha ido contando sus avances y sus retrocesos. Me ha hablado de sus ganas de tirar la toalla cuando le diagnosticaron una trombofilia, de su hartura de tener que tomar medicación para conseguir un nuevo embarazo, del deterioro de la relación con su familia... Cuando nos volvimos a ver en un acto público, aún no me explico cómo, pero supe, sin necesidad de que ella me lo contara, que estaba de nuevo embarazada. Ahora está en una etapa muy distinta. Espera mellizos y, aunque siente mucho miedo, la mayor parte del tiempo está muy ilusionada.

Y esto es una doula. No somos matronas, no pretendemos serlo en ningún caso. Estoy harta de repetir que no somos personal sanitario: no ponemos tiritas, no controlamos el peso o la temparatura corporal de nadie, no controlamos embarazos, no hacemos tactos y, por supuesto, no atendemos partos en solitario, sin personal sanitario acreditado. No creo que seamos tampoco expertas en maternidad, ni en cualquier otra materia.¿Alguien lo es acaso? Pero eso sí nos esforzamos para llegar a ser expertas en acompañamiento. Para realizar acompañamiento emocional no precisamos una carrera universitaria, le pese a quién le pese. No somos sacerdotisas, ni chamamas. Ni mucho menos somos personajes siniestros.No somos defensoras salvajes y a toda costa del embarazo natural, ni la teta hasta que el niño diga "basta", ni del parto natural en casa, ni mucho menos de la ingesta de placenta.Sólo somos seres humanos que ofrecemos contención, apoyo, cercanía y respeto hacia otras mujeres que nos necesitan y se ponen en contacto con nosotras. No las captamos en ningún sitio. Ellas nos buscan y tienen sus propios y personales motivos para hacerlo.

Esta caza de brujas ha hecho mucho daño. Ha enfrentado al colectivo de enfermeras, de las matronas, al personal sanitario en general. La mayoría de este colectivo médico no se siente representado por su propio colegio profesional. Pero la inmensa mayoría también callan y no muestran su apoyo público hacia nuestra figura por miedo a las posibles represarias o por otras razones que desconozco. Habría que preguntarles a ellos. También, lo que me produce una infinita tristeza, ha conseguido que las doulas no nos unamos. Se han pronunciado antes las doulas europeas ante este informe tan descabellado que nosotras mismas, las principales afectadas. Me he dado cuenta que no me siento identificada con la mayoría de las doulas de este país. Quizás sólo sea un problema de que tenemos un discurso penoso, que no sabemos explicar correctamente nuestras funciones. Forma parte de nuestro discurso habitual decir que las doulas cubrimos las carencias del sistema sanitario. No es cierto. Aunque tuviéramos el sistema más maravilloso del mundo, con un ratio de una matrona por una mujer, las doulas seguiríamos siendo necesarias porque nos dedicamos exclusivamente al apoyo emocional. La necesidad de apoyo emocional continuado durante el embarazo  y el parto es algo universal. La propia Cochrane recoge la evidencia científica al respecto y señala que la tarea de las doulas al ofrecer ese apoyo emocional continuado produce enormes beneficiossin que se haya demostrado ningún efecto adverso. Pero lo que me parece más grave de este informe y lo que no me cansaré nunca de repetir es que toda esta guerra sin sentido está haciendo mucho daño a las mujeres. Una vez más vemos como se recortan nuestras libertades, nuestros derechos, como nos vuelven a considerar como seres de segunda categoría en esta sociedad, incapaces de decidir por nosotras mismas. Nos tienen que tutelar de nuevo, en este caso las matronas, para evitar que caíamos en las maliciosas redes de la doulas. Utilizan el miedo: las doulas ponen en peligro tu vida y la de tu bebé. Absurdo y recurrir a eso sí es malicioso.

Yo me bajo en la siguiente parada, lo siento. Ante esta locura colectiva he decidido priorizar mis circunstancias personales, cambiar mi entorno y, desde aquí, intentar cambiar todo lo demás. No me siento con fuerzas para estar defendiéndome de los ataques de otro colectivo. Ataques infundados porque yo no he hecho nada de lo que me acusan. No soy una intrusa, no soy ilegal. Pero menos aún quiero estar explicando lo qué es el acompañamiento emocional a otras doulas, poniendo limitaciones a lo que ellas consideran su trabajo. Quizás sea yo la equivocada, pero sé lo que quiero hacer. También sé con quién lo quiero hacer, aunque encontro pocas personas que me acompañen en este camino de ser consecuentes con uno o una misma. Sé que no quiero, ni puedo luchar contra nadie. Yo me subo al tren si es para unir, para construir, para trabajar por un fin común, pero así no puedo y no quiero hacerlo.

En estos momentos  de incertidumbre me encierro en mi propia cueva a reflexionar y a hacerme preguntas del tipo:

¿Cuáles son mis límites físicos y emocionales?

¿Qué necesita mi cuerpo?

¿Qué me pide mi alma?

¿Quién soy yo y qué quiero hacer con mi vida?

Y me subo a este tren de mi propia busqueda interior y de ser coherente con lo que siento y con lo que defiendo. Estaré disponible como siempre lo he hecho para las personas que me busquen por los motivos que sean. Disponible también para esas conversaciones que se alargan horas y horas, pero nos da la sensación que sólo han transcurrido unos minutos. Disponible por supuesto para las familias que me necesiten me ofrezcan dinero, una buena comida casera o un corte de pelo. Seguiré apoyando a las doulas en su trabajo para conseguir una regularización, pero como se ha estado haciendo hasta ahora no estoy dispuesta a hacerlo porque no quiero perderme a mí misma. Y, sobre todo, seguiré luchando para que la situación de la mujer en mi entorno y en el mundo cambie. No sé si he dejado ser doula, lo que sí he dejado es de intentar mover paredes.

He encontrado este poema con el que me siento muy identificada.

LA MAGA
Me atrevo a decir lo que pienso,
me tildarán de soberbia
y yo me sentiré honesta.
Me atrevo a sentirme como quiero
me tildarán de insolente,
yo me sentiré MAGA.
Me atrevo a hacer
solo aquello que tenga ganas;
sin pedir permiso,
sin esperar anuencia,
sin pedir DisCulpas.
Me atrevo a CREAR Mi Mundo,
a realizar Mis Sueños
y te invito a que
Digas lo que piensas,
a sentirte como quieres
y a Vivir como mereces;
sin miedo a que nadie te quiera
por lo que no ERES.
LA MAGA (Cuadernos de Magia)

Con amor Sol.

Día la Mujer

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Hay mucha polémica sobre si este día se debería celebrar o no. Yo, personalmente, estoy a favor de que se celebre, pero no con flores o bombones, sino con campañas de sensibilización adecuadas. Creo que es más correcto decir que este día se debe conmemorar para recordar a las mujeres que han luchado a lo largo de la historia para que disfrutemos actualmente de los pocos o muchos derechos que tenemos las mujeres. Celebra este día si te atreves a luchar a mi lado exigiendo mis derechos, ya seas hombre o mujer. Porque lo cierto es que:

Y hablando de campañas de sensibilización, he encontrado ésta que me ha encantado. Se trata de una campaña de la organización argentina MANIFIESTA. Se definen como “el encuentro entre mujeres realizadoras, periodistas y diseñadoras… elegimos la producción de contenidos como herramienta de transformación social”. Explican que abordan problemáticas y las dan a conocer desde puntos de vista alternativos. Cabe señalar que dicha campaña se ha nutrido también de aportes de todo el mundo, principalmente de Latinoamérica. Sobre espaldas lisas o tatuadas, estómagos abultados o planos, piernas torneadas, delgadas, anchas, usuarios de redes sociales escriben frases en defensa de los derechos humanos, especialmente sobre el respeto o sobre la individualidad. La mayoría de los que se han atrevido a fotografiarse son mujeres. Os dejo las imágenes que más me han gustado.










A ver si saco tiempo, encuentro la frase perfecta y hago mi propia foto.

Con amor Sol.

Recuperando el paradigma original

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La semana pasada, dentro de la formación que estoy realizando de Psicología Perinatal a través de Terra Mater, tuve la oportunidad de escuchar por fin al doctor Nils Bergman, neonatólogo y experto en neurociencia perinatal. Fue una de las ponencias más interesantes y reveladoras a las que he tenido el placer de asistir. Un auténtico privilegio estar ahí.  

La introducción que hizo a estas ponencias la doctora Ibone Olza,psiquiatra infantil y perinatal y gran activista, fue increíble. Me removió bastante, pero me temo que era algo absolutamente necesario que me sucediera. Habló de numerosos experimentos científicos que se han llevado a cabo a lo largo de la historia para llegar a la formulación de La Teoría del Apego. Como yo, siempre que aparece el experimento tan cruel de Harry Harlow con monos recién nacidos, aprovechamospara denunciarlo públicamente al considerarlo una verdadera atrocidad que infrige cualquier ética profesional. Me niego a contaros en qué consistieron exáctamente estos experimientos. Seguro que los podéis encontrar por Internet si es que os da curiosidad o morbo, no sé. Ya os digo, que a mí me los explicaron cuando estudié el ciclo formativo de grado superior Integración Social y me parecieron una brutualidad.

De la aparición de las incubadoras hace 100 años no tenía nada de información y me impresionó muchísimo. El éxito de las primeras incubadoras fue tan grande que se llegaron a exhibir con bebés en su interior para mostrar al mundo las “milagrosas” supervivencias de estos bebés prematuros. Se organizaron numerosas ferias con fines lucrativos en ciudades como Berlín, Nueva York, Chicago, etc. Así sucedió en varias Ferias Mundiales, donde los bebés de incubadora eran la mayor atracción, como si fueran monos enjaulados, un espectáculo de circo o algo similar. Yo me pregunto: "¿qué pasó con estos bebés y con sus familias?, ¿las madres regresarían a reclamar a sus hijos, se olvidarían de ellos o ni siquiera les reconocerían como propios?, ¿algunos de estos bebés acabarían en orfanatos?..." Este formato se extendió también a los nacidos a término, implantándose la separación rutinaria después del parto. Me resultó tan grotesco que di un respingo en la silla. Me acordé de todos los bebés tan queridos que pasaron sus primeros días en incubadoras sin que fuéramos del todo conscientes de lo que estaban sufriendo.
 
Quiero compartir con vosotros las principales frases, las ideas más destacadas de este espectacular seminario. Para mí constituyen una verdadera revolución:

- Nada de lo que hace o no hace un recién nacido tiene sentido excepto desde el punto de vista del cuerpo de la madre. Tenemos miles de evidencias científicas de que el lugar propicio, el lugar ideal para un recién nacido, independientemente de las semanas de gestación con las que nazca, es el regazo de su madre, en su defecto,el del padre. Yo al regazo materno lo llamo el "Altar Sagrado" desde que realicé una formación con Bárbara Harper, ya que ella misma lo denominó así durante todo el curso y, por decirlo así, me he apropiado del término. Debemos entender que es un grave error llevar a un recién nacido a la incubadora para evitar que se enfríe (precisamente es inevitable que su temperatura coorporal baje al estar alejado de su madre, la única persona a la que conoce cuando llega a este mundo).Lamentablemente se hace a diario en muchas maternidades de todo el mundo sin ningún tipo de justificación, sólo la rutina. En el pecho de su madre su temperatura corporal se equilibra, su frecuencia cardíaca y respiratoria se estabiliza, se benefician los patrones de sueño provocando que éste sea más tranquilo y profundo, ante pruebas médicas perciben menos el dolor y malestar físico, etc. También es en el pecho de su madre donde el bebé puede realizar todos los comportamientos para los que está programado genéticamente desde el mismo momento de su nacimiento. Sabemos perfectamente que el regazo de la madre estabilizay, por tanto, LAS INCUBADORAS DESESTABILIZAN. No hay ni un solo estudio randomizado que haya demostrado que la incubadora es superior a la madre, todo lo contrario. Teresa Escudero, pediatra y doula, indica en su blog "Nacer, lactar y amar" que "desde al menos 1994, TODOS los estudios que se han hecho comparando el cuidado en incubadora con el cuidado madre-canguro, han demostrado la superioridad de este último. Mejor resultado cardiovascular, menos infecciones, menos complicaciones graves, menor morbilidad y mortalidad y hasta menor gasto. ¿A qué se está esperando para implantar el cuidado madre-canguro en TODAS las unidades neonatales?".

- El bebé y la madre tienen comportamientos neuronales altamente conservados que sólo se ponen en marcha si están piel con piel. El bebé  cuando está piel con piel con su madre en la primera hora después del nacimiento es capaz de reptarhasta el pecho, engancharse él solo al pezón y  comenzar a succionar (en el curso hasta vimos un bebé de tan sólo 26 semanas que era capaz de hacerlo). El bebé también en estos primeros minutos de vida está muy alerta, muy despierto si el parto no ha sido muy intervenido y es capaz de mirar a su madre a los ojos y provocar que ella le mire a él. Cuando esto ocurre, la madre y el hijo se vinculan, algo absolutamente esencial para la supervivencia del recién nacido. Cuando se hace piel con piel con el padre se observan los mismos comportamientos tanto en el bebé, como en el papá, esto es, se miran mutuamente y se enamoran el uno del otro.El cerebro de la madre y el del padre CAMBIAN a través de ese contacto estrecho con su hijo. Se produce más oxitocina, se favorece el vínculo y la lactancia. Y de nuevo tenemos miles de estudios que prueban todo esto que estoy comentando. ¿Por qué los pediatras no insisten más en la importancia del piel con piel entonces? ¿Por qué no le dicen a los padres y madres que donde mejor está su hijo es en su regazo, que no se va a malacostumbrar a sus brazos porque es precisamente lo que necesita para sobrevivir y madurar de la mejor manera posible? Os dejo un vídeo que muestra lo que estoy explicando. En youtube podéis encontrar muchos más vídeos similares a éste que os comparto.


 
- El bebé sólo puede comenzar a regularse a través del contacto con un adulto que lo cuida y lo contiene. Y de nuevo tenemos estudios para aburrir que prueban esto. ¿Por qué se siguen vendiendo "métodos" para separar al niño de sus padres, pretendiendo que así que el bebé aprenda a "autoregularse"? UN BEBÉ NO PUEDE AUTOREGULARSE, NO TIENE LA MADUREZ SUFICIENTE. Si no pretendemos que un bebé aprenda a leer o escribir-, ¿por qué pretendemos que coma o duerma a sus horas, las horas que a nosotros como adultos nos interesan? 

Por tanto, apelando a la Medicina Basada en la Evidencia, el objetivo del cuidado neonatal debería ser SEPARACIÓN CERO. En ningún caso, por ningún motivo, la madre y el bebé deben estar separados. Es decir, en todo momento se debe propiciar el método piel con piel desde el minuto cero (o desde el momento en que se intube a los bebés más inestables o que nacen con menos semanas de gestación) e instaurar de una vez por todas un cuidado madre canguro en todas las unidades neonatales. Si la madre está grave después del parto por los motivos que sean, tener cerca a su bebé está demostrado que la va a beneficiar, que probablementela presencia de su recién nacido logre estabilizarla. Y siempre es preferible que el bebé haga piel con piel con el padre a que le dejen solo en una una incubadora o en el nido. Las demás medidas que se deberían tomar en las unidades neonatales es que estén abiertas las 24 horas al día; que los padres puedan estar con sus hijos todo el tiempo posible y que ellos deseen; que se encargen ellos mismos de su alimentación, su baño y el resto de los cuidados que necesiten sus hijos bajo la supervisión del personal sanitario; que se facilite alojamiento y dietas a los padres con menos recursos económicos o que vivan más alejados de los hospitales; etc.

Se lo debemos a nuestros niños, se lo debemos a las madres y a los padres... y se lo debemos a la buena práctica médica.



Con amor Sol.

11. Miércoles Mudo. Semana Mundial de la Doula

Mitos sobre las doulas

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Hoy, 28 de marzo, acaba la Semana Mundial de la Doula de este año 2015 y dado el enorme revuelo que hay con este tema en España, me gustaría aclarar algunos aspectos que considero muy importantes para que se comprenda nuestro trabajo.

En general, no hay muchas personas en nuestro país que conozcan exáctamente qué es una doula. Menos aún que sepan cuál es el alcance real de nuestro trabajo. La forma más sencilla y clara que tengo de explicar lo que hace una doula es que es una de las personas, ni la única, ni la más importante, encargada de proteger el espacio del nacimiento y todo lo relacionado con el mismo con el objetivo de recibir al bebé de la forma más respetuosa posible. Y este proceso comienza mucho antes de que la mujer se quede embarazada. Empieza cuando la mujer o la pareja comienzan a soñar con convertirse en padres, empiezan a imaginarse una nueva vida acompañando a su hijo desde su gestación o su nacimiento. Una de las mejores formas de respetar este espacio es apoyando cada una de las deciones de la madre, sean las que sean. Es indiferente si la doula ha tomado las mismas decisiones con sus propios hijos o si está o no de acuerdo con la madre que acompaña. Puede que incluso esté en completo desacuerdo con la madre, que ella misma lo haría de forma radicalmente distinta, pero la doula tiene claro que no es su historia, que los verdaderos protagonistas son la madre y su hijo y que es un privilegio le hayan elegido como acompañante en este momento tan crucial de sus vidas.

Cada vez me sorprendo más de los mitos, falsedades, falacias e ideas erróneas y realmente dañinas que surgen en torno a nuestra figura. Existe una confusión tan grande que me produce una pena infinita porque considero que nuestra profesión es realmente bella y muy necesaria en la actualidad. Os dejo los mitos que más circulan en este momento en España. Creo que se deben a que lo desconocido causa mucho miedo y mucha desconfianza y también, haciendo un trabajo de autocrítica, a que veces las doulas no nos hemos sabido explicar.

1º MITO: LAS DOULAS SOMOS MATRONAS FRUSTADAS
Las doulas y las matronas compartimos objetivos comunes por el bien de la madre y, por extensión, de toda la familia. Ambas, matrona y doula, debemos ser parte del equipo integral en la atención a un parto respetado y humanizado, pero nuestras funciones son muy diferentes. El objetivo principal de la doula es lograr la mayor vinculación posible con la madre. La doula ayuda a la madre a procesar sus diferentes emociones, sus miedos, sus dudas, su historia personal y todo aquello que puede ser determinante para su maternidad. El objetivo principal de la matrona es lograr un embarazo, un parto y un postparto lo más saludable posible enfocándose más, aunque no exclusivamente, en la parte física de estos procesos. Es decir, el objetivo principal de la matrona es lograr el bienestar físico de la madre y de su bebé. Por supuesto, también se preocupa del estado psicológico de la madre porque sabe que puede afectar mucho a su salud general, pero en lo que al parto se refiere, la matrona es la responsable legal del resultado del mismo y en ese momento sólo puede y debe actuar como matrona.

Con una doula no es necesario esperar a la próxima cita programada. Las reuniones con la doula son más informales, más flexibles y más cercanas de lo que son con una matrona en el centro de salud. Una doula sólo y exclusivamente va a acompañar a una mujer durante su parto, pero la matrona no tiene forma de garantizar que seas la única mujer en trabajo de parto que tenga que asistir el día del nacimiento de tu hijo. Casi con toda seguridad será responsable de varias parturientas a la vez, por lo que probablemente vigilará el proceso desde un monitor hasta el momento del expulsivo.

La matrona, como indicaba, es la persona que tiene la responsabilidad sobre la salud de la madre y del bebé. Las matronas también pueden dar apoyo emocional, por supuesto, nadie dice que estén incapacitadas para ello. Es más, frecuentemente muestran grandes dosis de empatía y asertividad, pero deben estar muy atentas a las posibles complicaciones que se puedan dar durante el embarazo y el parto e informar sobre cada una de sus intervenciones,por lo que en muchos momentos no les va a ser posible dar ese apoyo emocional tan necesario para la madre. Además, este apoyo requiere presencia y si tiene que asistir varios partos a la vez, está claro que es imposible. Sencillamente tienen otras prioridades tan importantes o más que el apoyo emocional. Una doula NO realiza ninguna tarea clínica, no pone ni un termómetro para controlar la temperatura, por lo que está enfocada exclusivamente en dar ese apoyo emocional a la madre, a su pareja y a toda la familia. Ella cuida el espacio y controla los factores ambientales que pueden interferir en el momento del parto. Controla que la iluminación sea la mínima para lograr la intimidad y la seguridad de la madre y de su pareja. Vigila también que la temperatura ambiental sea agradable y la madre no experimente frío, ni excesivo calor. Algo tan sencillo como poner calcetines a la madre es de una gran ayuda para que no sienta frío durante su parto. Procura también que la madre esté hidratada teniendo a su alcance agua, otras bebidas o los alimentos que ella prefiera. O simplemente que tenga acceso al baño siempre que lo necesite. También controla los factores emocionales que, al tener más confianza con la madre, conoce mucho mejor que la matrona: incertidumbres, temores, procesos abiertos, etc. Acompaña a la madre con afirmaciones positivas que la apoyan en su trabajo de gestación o parto como, por ejemplo, "tu cuerpo sabe perfectamente gestar un bebé sano", "vas ser capaz de tener el parto que tú deseas", "eres una mujer muy fuerte y todas las mujeres que te precedieron te acompañan en tu parto", etc.

Conozco a algunas doulas que, después de haber realizado su formación o tras haber trabajado una temporada como doulas, han decidido formarse también como matronas, pero en ningún caso es el paso siguiente en nuestra trayectoria. También he conocido a matronas que asisten a cursos de doulas para completar su formación o porque sencillamente necesitan tener una visión diferente de lo que han aprendido en las áulas. Por último, conozco también a grandes matronas que colaboran en las formaciones de doulas impartiendo los seminarios más técnicos.

Considero que las matronas son las personas más indicadas para asistir los partos de bajo riesgo (la mayoría de los partos). Los ginecólogos sólo deberían asistir los partos donde hay complicaciones, los partos patológicos. Actualmente se necesitan muchas más matronas en España y su figura es imprescindible. La figura de la doula no es tan imprescindible porque depende de la elección de la mujer y hay mujeres que no reclaman sus servicios, bien porque ni siquiera conozcan nuestra figura, o bien porque sientan que no nos necesitan, ya que tienen familiares o amigas que cubren nuestro papel. También pueden necesitar los servicios de una doula para el nacimiento de uno de sus hijos, pero para el siguiente embarazo sentirse más fuerte, más empoderada y no volver a llamar a una doula.En cualquier caso, una doula no toma decisiones, no realiza intervenciones médicas, ni debe ponerse a si misma en una situación en la que eso pudiera ser necesario, por ejemplo, acompañando partos sin asistencia sanitaria acreditada. Pero aunque hubiera más matronas en la actualidad, aunque se lograra el ansiado ratio de una matrona por una madre, las doulas seguiríamos siendo necesarias para muchas mujeres porque acompañamos también procesos de infertilidad, de pérdida del bebé, adopción, etc. Y no existe ninguna figura en la actualidad que acompañe estos procesos desde un punto de vista emocional. A mí me resulta muy sorprendente que actualmente tengamos todo lo necesario para lograr un embarazo que no llega por vía natural: medicación, profesionales especializados, sistemas de almacenacimiento adecuados para embriones..., pero seguimos cojos en lo que se refiere a la parte más humana, la parte más comprensiva del torbellino emocional por el que pasa una pareja en esta determinada situación.

No dudo que haya doulas que no tienen claro cuáles son sus funciones y se extralimiten. Se deberían denunciar estos casos con nombres y apellidos ante las autoridades pertinentes. Pero también hay matronas que se muestran totalmente insensibles ante el estado emocional de la mujer que tienen en frente y esto queda demostrado con las numerosas hojas de reclamaciones que se ponen cada día en los hospitales. Siempre digo que hay que valorar a la persona más que por sus estudios o por su trabajo, en función de cómo hace su trabajo.

2º MITO: LA DOULA DESPLAZA AL PADRE
Nadie puede decidir por la mujer. Estamos hablando de una mujer adulta y libre. Es ella y sólo ella la que eligirá la persona que le acompañe en su parto o a lo largo de toda su maternidad. El padre conoce a la madre a la perfección, mejor que cualquier otra persona y ese vínculo no puede ser sustituido por una doula, ni por cualquier otro profesional o persona. Las doulas no entran al parto a hacerse cargo del mismo, a robar protagonismo, sino a velar para que se respeten las decisiones de la madre en la medida de que esto sea posible. Muchas veces las intervenciones son totalmente necesarias y la doula procurará que esto se entienda.

Una doula facilita la participación del compañero. También es misión de la matrona, por supuesto. Hay que tener en cuenta que, incluso con la adecuada preparación de antemano, el mejor papá podría no saber qué decir o qué hacer en determinados momentos. O cometer el clásico error de hablar a su mujer durante las contracciones o preguntarle constantemente cómo se siente, cómo está, sacando sin prentenderlo a su pareja del estado emocional alterado tan necesario para el parto normal. No podemos olvidar que el padre no es una persona objetiva y que para él también es una situación totalmente nueva, muy especial y tremendamente significativa como es el nacimiento de su propio hijo. El padre también está de parto, sino de una forma física, sí de forma emocional y también va a necesitar mucho apoyo. Todo el amor, el cariño y el apoyo que podemos ofrecer a la familia, tanto la matrona, como la doula, nunca va a ser demasiado.

Las doulas también pueden dar soporte al padre facilitándole descansos durante el parto. Incluso el compañero más experimentado tiene que comer, ir al baño o simplemente tomarse un respiro. Le podemos dar la seguridad de que cuando él no está presente todo va a seguir estando igual de bien. Estamos para "doulearlo", por decirlo así, a él también. En otras ocasiones, nuestro trabajo será complementario. Por ejemplo, mientras el padre sostiene a la madre físicamente, la doula puede ofrecer a la madre afirmaciones positivas, darle algún tipo de masaje para aliviar la tensión en la espalda o en los riñones, acercarle el agua, ponerle paños fríos en la frente, etc. Es más, si los dos, la mamá y el papá, están trabajando muy compenetrados, debemos dar un paso atrás y no interferir para que esto pueda suceder. Hay un momento en todos los partos que consiste en sólo observar y este momento tiene un valor real y muy importante: el de honrar y proteger el espacio de nacimiento de un bebé y la transformación de una pareja en familia. En el momento que un bebé nace, justo el instante en que esos padres y ese bebé se miran por primera vez a los ojos y se enamoran mutuamente, sobra todo el mundo: los ginecólogos, las matronas y las doulas.

Es cierto que las doulas apoyamos la lactancia materna, no porque la consideramos la mejor opción para alimentar a un bebé, sino simplemente porque es la opción natural, lo que la Naturaleza ha previsto para alimentar a nuestros hijos. Que la mamá sea la principal responsable de la alimentación del bebé, ya sea ésta mediante lactancia materna o leche de fórmula, no significa en absoluto que el padre quede al margen. El padre tiene también un papel muy importante en el cuidado de su hijo. Puede tener muchas otras funciones igualmente valiosas para la supervivencia de su bebé: procurar que la madre no descuide su alimentación, ocuparse de las visitas, bañar al bebé, pasearle, etc. Todas estas funciones paternas matienen el equilibrio necesario para lograr el bienestar de su pareja y de su hijo durante esta etapa tan complicada como es el puerperio.

3º MITO: EL ACOMPAÑAMIENTO DE UNA DOULA ES MUY CARO
Todas las doulas nos adaptamos a las necesidades de la familia, estamos dispuestas a ajustar nuestras tarifas e, incluso, en algunas ocasiones, aceptamos trueques. También solemos derivar a otra compañera en caso de que nosotras no nos podamos hacer cargo por los motivos que sean. Un bebé cuando nace realmente necesita muy poco. Lo más importante ya lo tiene, el regazo materno o paterno. Muchas veces llenamos la casa de artilugios  muy costosos que nos han hecho creer que son imprescindibles para nuestros bebés (la cuna último modelo, el sacaleches más caro del mercado, ropa para aburrir...). Cosas que descartaremos a los pocos días de su uso o que nunca llegaremos a utilizar. 

Las doulas sabemos que las intervenciones innecesarias durante el embarazo o el parto dejan huellas muy profundas en las madres y en sus bebés. Cicatrices no visibles que pueden requerir terapia u otros tratamientos que también suponen un desembolso importante de dinero (se sabe que en la adecuada instauración de la lactancia depende mucho del tipo de parto, a partos menos intervenidos, más posibilidades de lactancias exitosas). Para muchos padres es una cuestión de prioridades, prefieren gastar su dinero en el acompañamiento de una doula que en una sillita de paseo último modelo o en la futura habitación del bebé decorada hasta el último centímetro.

4º MITO: LAS DOULAS EVITAN INTERVENCIONES OBSTÉTRICAS
Ninguna doula puede garantizar a la mujer que quién asiste el parto, sea una matrona o un ginecólogo, o sea éste en casa o en el hospital, no vaya a realizar una determinada intervencion. Es cierto que hay muchos estudios que relacionan el acompañamiento de una doula con menor índice de episotomías o cesáreas.Pero hay que resaltar que es responsabilidad de la mujer informarse y escoger entre lo que quiere o no quiere en su parto, lo que, en principio, no aceptaría bajo ningún concepto o lo que está dispuesta a negociar. La doula puede servir de canal de comunicación entre la mujer y el personal sanitario mediante, por ejemplo, la elaboración de un plan de parto. Siempre teniendo en cuenta que la última decisión sobre lo que desea o no la mujer en su parto la va a tomar ella y sólo ella, nunca la doula. La doula también puede avisar a la mujer y a su pareja de una posible intervención inmediata para que puedan asimilarla de mejor forma. Probablemente el acompañamiento de una doula te ayude a tener una percepción de tu parto mucho más positiva y satisfactoria, pero si buscas a una persona que te indique cuál el momento exácto para acudir al hospital y que no se realice ninguna intervención porque no va a dar tiempo, una doula no es la persona adecuada para ti. Probablemente lo que busques es una matrona que te acompañe la dilatación en domicilio. La doula no podrá hacerte tactos, ya que no es personal sanitario. No podrá saber exáctamente tus centímetros de dilatación antes de la llegada al hospital. El momento idóneo para acudir al hospital si estás acompañada por una doula lo tendrás que valorar y decidir tú misma.

5º MITO: LAS DOLAS SÓLO ACOMPAÑAN PARTOS EN CASA Y/O PARTOS VAGINALES
Las doulas tenemos plena confianza en la capacidad del cuerpo de todas las mujeres para gestar y parir a sus bebés. Somos verdaderas apasionadas de todo lo relacionado con el nacimiento y tenemos como principal meta que éste sea lo más respetado posible, ya sea parto vaginal o cesárea (sí, también hay cesáreas percibidas por la madre como maravillosas y muy necesarias). Y, por supuesto, buscamos también que el parto sea respetado se produza éste donde se produzca, ya sea en casa o en un hospital. Parir en casa no es sinónimo de parto respetado, no podemos olvidar eso. Igual que parir en el hospital no significa que no se te vaya a respetar en todo momento. Es cierto que las doulas manejamos mucha información sobre las rutinas del nacimiento medicalizado y conocemos el enorme impacto que intervenciones obstétricas innecesarias pueden tener en la salud física y emocional de la mamá y del bebé. Sin embargo, como ya he indicado, la doula apoya todas tus decisiones, no te roba el protagonismo, ni te influye de ninguna manera para que elijas un camino u otro. Una doula no debe jamás juzgar a ninguna mujer. No podría llamarse doula si lo hace. La primera sesión con una doula puede servir para saber cuál es la visión que tienes del parto. Cuáles de tus decisiones están tomadas en función de tus preferencias y de tu propia personalidad. Y si existen algunas decisiones basadas en algún tipo de miedo que te cuesta reconocer. En este último caso, habría que realizar un trabajo extra.

6º MITO: LAS DOULAS ESTAFAN A HACIENDA
Debido al reciente "Informe doulas" se está extendiendo la creencia errónea y ridícula de que las doulas cobramos en negro y no declaramos nuestros ingresos a Hacienda. Es cierto que nuestra formación no está aún reglada en España. Las formaciones de doulas son privadas y no están subvencionadas por el Ministerio de Educación, exáctamente igual que ocurre con muchos otros cursos, másters o títulos de postgrado. Nuestra figura, de igual manera, no está reconocida oficialmente en nuestro país, en muchos otros países europeos sí. Pero todo esto no supone un impedimento para darse de alta como autónoma. Teniendo en cuenta que si no llegas al mínimo exigido para declarar no es necesario darte de alta en este régimen. Que no exista el epígrafe específico de "doulas" para darte de alta como persona autónoma no significa que estemos exentas de declarar o que directamente estafemos a Hacienda. Es lo mismo que sucede en muchas otras profesiones como los artistas (payasos, cuentacuentos, animadores infantiles, etc.), las empleadas de hogar, los terapeutas de distintas disciplinas, los coachs, etc. Siempre podemos acogernos a la opción de"otros".Y es totalmente legal ofrecer formaciones de lo que se considere oportuno que no estén abaladas por el Ministerido de Educación. Seguro que todos en algún momentos hemos participado en talleres sobre cómo organizar tu hogar, sobre cocina vegana, manualidades, escritura creativa, etc. Además, se puede estar dado de alta en los dos régimenes, trabajador por cuenta ajena y trabajador por cuenta propia, y es totalmente legal. Y lo cierto es que son muy pocas las doulas las que vivan exclusivamente de realizar acompañamientos en este país. Ni ganamos tanto como se comenta por ahí, ni estamos haciendo nada que sea ilegal. Por lo menos, no todas las doulas sin excepción como se dice en el famoso "Informe Doulas".

7º MITO. TODAS LAS DOULAS SON IGUALES
Hay tantos tipos de doulas como mujeres. De igual forma que hay tantos tipos de maternidades como madresy nadie insinúa que unas sean mejores madres que otras. Cada doula tenemos nuestra propia forma de acompañar. Algunas nos hemos especializado en procesos de infertilidad o pérdidas gestacionales y perinatales y su correspondiente duelo; otras acompañan exclusivamente durante el postparto, ayudan con la lactancia o con cualquier otra dificultad con la que se enfrente la madre en este periodo; algunas jamás han estado presentes en un parto, salvo los suyos propios; hay doulas que nunca han estado embarazadas, ni, por lo tanto, han parido; incluso hay doulas que son hombres. Creo que en lo único en lo que coincidimos es que permanentemente nos estamos formando y ampliando nuestros conocimientos. Solemos ser bastante activas en este sentido. Lo ideal, si estás buscando una doula, es entrevistarte con varias hasta que des con la que mejor se ajusta a tus necesidades.

8º MITO: LAS DOULAS FORMAN PARTE DE UNA SECTA
De este mito me podría hasta reír a carcajadas si no fuera por la maldad y la peligrosidad que entraña semejante afirmación. Según la definición de secta que aparece en el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua una secta es el conjunto de seguidores de una doctrina religiosa o ideológica concreta.¿Cuál será la ideología de las doulas? ¿El feminismo o la defensa de los derechos de la mujer? ¿El parto respetado? ¿O será quizás la crianza con apego? No encuentro ningún factor negativo en todo esto y las doulas siempre permitimos que las mujeres tomen su propio camino.

Las sectas también tienen una serie de características generales como el culto al líder del grupo, que le da total control sobre los miembros, tanto física como psicológicamente.¿Cuál es nuestro líder? ¿Michel Odent,Liliana Lammers,Carlos González,Rosa Jové,Casilda Rodrigañez...? Yo personalmente he aprendido mucho de todos ellos y de muchísimos otros profesionales de diferentes ramas y que no son tan conocidos. Pero también con todas estas personas citadas discrepo en muchos aspectos. Y no tengo ni idea, ni me interesa qué religión profesan, si es que profesan alguna. Salvo haber leído algunos de sus libros publicados o entrevistas aparecidas en los medios de comunicación desconozco totalmente su vida personal y ni me interesa.

Las sectas también restrinjen la libertad de expresión de los miembros del grupo. Incluso restrijen la libre circulación de los miembros del grupo dentro y fuera del país. Las doulas acompañamos a mujeres de todas las culturas, etnias o religiones; acompañamos partos en casa o en el hospital; partos vaginales o hasta cesáreas programadas; mujeres que optan por practicar colecho o las que prefieren que el bebé duerma en su propia cuna; mujeres que amamantan o las que dan biberón; y así hasta el infinito. No juzgamos, no presionamos para elegir un determinado camino, no asesoramos, no aconsejamos... sólo acompañamos a la mujer en su personal proceso y buscamos que se empodere y tome las riendas de su maternidad y de su propia vida.

El empleo de la violencia también suele estar generalizado dentro de las sectas. ¿Alguien ha oído que una doula haya puesto una bomba o haya estrellado un avión? Porque yo no he oído nada semejante, ni me considero más o menos agresiva que cualquier otra persona de cualquier otra profesión.

9º MITO: LAS DOULAS COMEMOS PLACENTAS, SOMOS CANÍBALES E INCITAMOS A LAS MUJERES A QUE TAMBIÉN COMAN PLACENTA
Vuelvo al diccionario de la Real Academia Española de la Lengua para desmentir este mito que me hace muchísima gracia y que no entiendo que cree tanta repulsión y tanto rechazo. El canibalismo es el acto o la práctica de alimentarse con miembros de la propia especie.¿Para obtener una placenta es necesario matar a alguien? Rotundamente no. Todo lo contrario, la placenta va unida al nacimiento de un nuevo ser. En todo caso, ser caníbal sería comerse al propio bebé. Personalmente no me seduce demasiado la idea de comer mi placenta, pero no lo descarto tajantemente. Sí me gustaría poder ver mi placenta y poder guardar un recuerdo de este órgano tan especial que ha acompañado a mi bebé durante toda su gestación. No sólo le ha acompañado, sino que también le ha protegido y ha actuado como filtro para que no le llegara cualquier tóxico procedente del exterior. Probablemente realice una estampación de la misma o algo similar. Considero que no es para nada un desecho biológico como se ha considerado durante mucho tiempo en los hospitales. Pero, como ya he dicho, tampoco descarto la posibilidad de probarla en una pequeña proporción. ¿Qué tiene de malo? Creo que a lo largo de toda mi vida he comido cosas mucho más extravegantes y que, si lo pensamos bien, son también mucho más asquerosas y repulsivas como las criadillas, la morcilla, riñones o mis propias uñas. Por no hablar de todos los colorantes, edulcorantes y demás sustancias tóxicas que podemos encontrar en la comida precocinada.

Y me parece muy hipócrita que durante años, con el consentimiento de diferentes profesionales sanitarios, con la placentas humanas se han hecho lujosas y muy costosas cremas antiarrugas. ¿Comerlas nos da asco, pero ponernolas en la cara no? Es muy contradictorio.

10º MITO: LAS DOULAS NOS HEMOS INVENTADO EL CONCEPTO DE VIOLENCIA OBSTÉTRICA PARA ATEMORIZAR A LAS MUJERES Y QUE NO ACUDAN A LOS HOSPITALES PARA PARIR
Me parece el mito más grave y siniestro de todos lo que he mencionado. La violencia obstétrica es algo real, forma parte de la violencia de género y cada vez en más países como, por ejemplo, Venezuela, la han reconocido y penado. La legislación venezolana define la violencia obstétrica como la apropiación del cuerpo y  procesos reproductivos de las mujeres por prestadores de salud. El trato jerárquico deshumanizador, el abuso de medicalización y la patologización del proceso natural de gestar y parir son algunas de las manifestaciones de este tipo de agresiones. Muchas mujeres que nunca han tenido contacto con una doula, que no saben ni lo que son, manifiestan que no se sintieron respetadas en sus embarazos o sus partos y que se llevaron a cabo intervenciones no informadas y, por lo tanto, no consesuadas con ellas. ¿Su dolor, sus traumas, sus cicatrices físicas y emocionales o el vínculo roto en un principio con sus hijos también forman parte del mito? Me parece que afirmar algo parecido es un insulto hacia ellas y hacia todas las mujeres, ya que todas somos suceptibles de sufrir violencia obstétrica en algún momento de nuestras vidas. Yo la sufrí desde mi primera visita al ginecólogo, mucho antes de quedarme embarazada por primera vez.

Entiendo que la violencia obstétrica es un término muy controvertido porque estamos diciendo que personas que tienen una profesión vocacional, cuyo objetivo es mejor nuestras vidas, nos están causando algún tipo de daño. Pero no podemos olvidar que las mujeres hemos estado discrimadas en todos los ámbitos. ¿Por qué los hospitales iban a ser una excepción? No quiero entrar en teorías conspiratorias que afirman que la violencia obstétrica es un intento de controlar a la mujer en lo único exclusivo de ellas, la capacidad de gestar y parir a sus hijos. Pero lo cierto es que la historia de la obstetricia ha sido una historia más de violencia hacia la mujer. Toda la generación de nuestras madres tienen cicatrices en sus perinés o en sus abdómenes, a algunas hasta se les practicaron ligaduras de trompas aprovechando la cesárea sin su consentimiento informado previo. De las cicatrices emocionales rara vez hablan estas mujeres, pero ahí están también. A mí antes me parecía muy cansado que en una mujer te contara una y otra vez sus partos. Más tarde entendí que era totalmente necesario que lo hiciera para ir sanando poco a poco, que era una forma de reconstruir su historia. Un parto nunca se olvida y depende del acompañamiento que tengamos en ese preciso momento que recordemos nuestra experiencia como un acontecimiento glorioso o una auténtica pesadilla. Las doulas y los demás profesionales implicados en el parto respetado apostamos para que todas las mujeres recuerden sus partos como un acontecimiento glorioso, ya que se trata nada menos que del nacimiento de su hijo.


Con amor Sol.

Censura

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No me he ido de vacaciones de Semana Santa. Estoy en Madrid realizando algunas excursiones; yendo al cine y a una exposición sobre Mafalda; leyendo mucho... Pero en Madrid al fin y al cabo. Creo que muchos de mis seguidores sí que deben pensar que he salido de viaje porque no estoy publicando nada a través de Facebook. No puedo publicar nada, ni siquiera puedo ver si tengo seguidores nuevos. Compartí una preciosa imagen de un parto en el agua. Ese fue todo mi delito. Es una foto realmente mágica porque el reflejo del flash de la cámara en el agua formó un corazón. ¿Verdad qué es increíble? ¿Qué posibilidades había de que esto sucediera? Cuando descubrí ese detallazo en la imagen, pedí autorización a la madre para compartir su fantástica fotografía en mi página de Facebook. Esta imagen la compartieron muchas personas y, como siempre pasa, al final llega a los ojos de alguna persona con muchos prejuicios y una falsa moral que no le gusta lo que ve y acaba denunciando la foto. Yo siempre me pregunto de dónde se piensan qué han salido estas personas que se dedican a denunciar fotos de partos y lactancias en Facebook. ¿Creerán que nacieron por generación espontánea o algo así? Estoy muy cansada de que esto suceda. A mí en esta ocasión me han penalizado con tres días sin poder publicar, pero conozco a personas que hasta les ha cerrado la cuenta lo que supone un verdadero transtorno si ofreces tus servicios a través de Internet.

Os dejo algunas fotografías que han sufrido censura en Facebook u otras redes sociales:

Esta es una de las primeras fotos que me eliminaron en mi perfil personal. ¿Qué se ve que sea tan escandaloso, tan negativo? Se me escapa, no lo puedo entender. Yo sólo veo una mamá con sus dos hijos. Y se aprecia que de su pecho izquierdo caen unas gotitas de leche. Están desnudos, de acuerdo, pero ¿no nacemos todos así? ¿Conocéis a alguien que haya nacido vestido? Me imagino que se acababan de dar un agradable baño familiar y decidieron tomarse una foto. Si apareciera desnuda con su pareja estoy seguro que no la hubieran retirado del Facebook. ¿Qué hay de pornográfico en esta imagen? Pero si es ternura en estado puro.


Esta foto la censuraron hace poco a través de Instagran. ¿Se creerán que nuestra sangre menstrual es azul como nos quieren hacer creer los fabricantes y los publicistas de compresas y otros productos de higiene femenina? ¿Qué tiene de malo tomarse una foto mientras se está menstruando? ¿Qué tiene de vergonzoso manchar nuestra ropa? ¿Acaso nuestra regla no es tan normal y un proceso tannecesario como respirar? Yo misma he tenido que hacer un gran trabajo de reconciliación con mi propio cuerpo, sus procesos y todos sus fluidos tras sufrir abortos involuntarios. La autora y modelo de esta fotografía ha llevado un camino similar al mío, pero como consecuencia de padecer una enfermedad que le ocasionaba fuertes dolores menstruales. Como explica ella misma:"sangro cada mes para ayudar a que la humanidad sea posible. Mi útero es el hogar de la divinidad. Una fuente de vida para nuestra especie. Ya sea que decida crear o no".


       
Y esta es la foto de la discordia, la última que me censuraron en mi perfil profesional de Facebook. Por favor, si es una imagen preciosa donde ni siquiera se ve sangre, que parece que es lo que más repulsa a la gente cuando hablamos de partos. Yo veo nada menos que un nacimiento sin violencia. Pues se ve que esto es incomodo para muchas personas. ¿O será que lo incomodo es que se vea a una mujer, su vulva y no precisamente cumpliendo la misión de excitar a un hombre?

Con amor Sol.

Harta

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Una servidora siempre ha defendido a los profesionales sanitarios y, en concreto, a las matronas en todas sus luchas y revindicaciones. Me da mucha pena, mucha vergüenza y me parece terriblemente injusto lo que está pasando con la Sanidad Pública en este país. Nuestro sistema sanitario estaba considerado uno de los mejores de Europa y con su progresiva privatización mucho me temo que esto va a dejar de ser así. Me produce una enorme impotencia por los profesionales, pero mucha más por los usuarios que, en definitiva, somos todos. Siempre he dicho que las matronas deben ser los profesionales sanitarios que atiendan la mayoría de los partos, que sólo los partos patológicos deben ser asistidos por los ginecólogos. Es urgente y muy necesario que las matronas recuperen su puesto en lo paritorios y en las consultas. Yo misma durante mis embarazos no fui derivada a la consulta de la matrona y directamente llevaron mi historia los ginecólogos. Considero que actualmente se necesitan muchas más matronas y que es una lástima que haya tantas en paro.

Pero luego me encuentro con cosas tan desagradables como éstas:

* Asociaciones de enfermeras que dicen públicamente en los medios de comunicación que actualmente en España hay muchas madres desnutridas como consecuencia de la crisis y que están poniendo en peligro la salud de sus bebés dándoles el pecho. Mito que cualquiera que sepa un poco de lactancia materna puede desmentir sin haber abierto un libro de medicina en su vida. Por favor, si en el Tercer Mundo los mejor alimentados son los bebés. Independientemente de si la madre tiene anemia o no, su leche siempre va ser de excelente calidad. La Naturaleza siempre va a priorizar al bebé. Puede que en casos muy extremos a la madre le cueste alguna pieza dental, pero el bebé siempre estará bien alimentado mientras sea amamantado. Pues te metes en la página web de esta asociación de enfermeras en cuestión y te encuentras con un logotipo de Nestlé bien visible, en su página de inicio. ¿Cómo tienen tan poca vergüenza de promocionar la leche de fórmula de una manera tan sucia y ruín? ¿Cómo son capaces de jugar con la salud de los bebés a cambio de aceptar sobornos de compañías con tan poca ética profesional como Nestlé? ¿Por qué a ellas no se las acusa de cometer un delito contra la salud pública? ¿Por qué nadie se atreve a decir alto y claro que con esas afirmaciones están poniendo en peligro la salud del bebé principalmente, pero también la de la madre porque amamantar la protege del cáncer de mama? No pretendo despretigiar a nadie, pero este tema me parece muy serio y muy grave.

* Un pediatra, omito su nombre para no darle más publicidad, ha escrito recientmente un libro donde se salta a la torera todas las recomendaciones de la OMS sobre lactancia materna. Afirma cosas tan descabelladas como que en los países desarrollados como España, sólo se debería amamantar hasta los cuatro meses. A partir de esta edad el bebé puede y debe comer de todo. Pero va más allá y dice que incluso es perjudicial para los bebés una lactancia más prolongada. Algo tan ridículo como que le puede provocar problemas en su vida adulta en referencia a su orientación sexual. Es su propio prejuicio lo que deja bastante claro con semejantes declaraciones. Para este hombre los pechos femeninos no tienen utilidad sino se utilizan para el disfrute masculino. Hasta sus compañeros del hospital donde trabaja se han desmarcado públicamente de sus declaraciones, pero nadie le acusa de estar cometiendo un delito. Es más, las madres quedamos como unas auténticas locas y fanáticas porque impedimos que se llevara a cabo la presentación de su libro.

* Matronas que me aseguran que ya no se hacen, por ejemplo, Maniobras de Kristeller, pero a diario escucho testimonios de mujeres donde se les han realizado en sus recientes partos. Algunas en su primer parto sin saber qué les estaban haciendo y que es una práctica totalmente prohíbida por la OMS. Por no hablar de las episotomías o las cesáreas innecesarias. Negar la violencia obstétrica es grave, al igual que lo es negar cualquier otro tipo de violencia hacia la mujer. Sencilamente están inflingiendo un derecho humano. Pero también es muy triste porque ellos, como profesionales sanitarios, también sufren toda esta violencia. Trabajan muchas horas seguidas con hambre o sueño, constantemente tienen que revindicar su puesto en los paritorios, el ratio no es ni muchísimo menos una matrona por una mujer y se ven incapaces de atender a cada mamá, a cada familia con el mimo y el respeto que se merece. Todo esto les acarrea muchísimo estrés y sufrimiento. No sé por qué lo niegan, en lugar de luchar para que las cosas cambien, para que mejoren sus condiciones laborales.

* A raíz del Informe Doulas, antes incluso de su publicación, he sufrido el acoso en este blog y en mi página de Facebook de personas que apoyan a las matronas (desconozco si son matronas también). No me parece para nada el camino correcto. Para empezar creo que esto se ha disfrazado de una supuesta guerra entre matronas y doulas y el transfondo es lo siempre: coartar los derechos de las mujeres. Además, si te parece que las doulas cometemos intrusismo lo que se debe hacer es acudir a las autoridades y denunciar, pero acosar también es un delito.

En el curso de Psicología Perinatal que estoy haciendo varias personas se dieron de baja porque estaban totalmente en contra de que en la formación hubiera también doulas. Si vamos en calidad de madres, no hay ningún problema, pero no quieren compartir información y espacio con doulas. ¿A alguien esto le puede parecer medianamente normal? Es una lástima, se pierden a grandes profesionales como Ibone Olza, Nils Bergman o Isabel Fernández del Castillo. Antes ya me había encontrado a un grupo de matronas que en un curso de parto en el agua de Bárbara Harper fueron muy irrespetuosas conmigo en cuanto me presenté como doula y decidieron hacerme totalmente el vacío. Profesionales que a diario atienden a mujeres en un estado muy vulnerable, ya sea durante su embarazo o su parto. Me pregunto cómo tratarán a una doula embarazada y me da mucho miedo la respuesta.

* Y la última ha sido ésta:

¿Recomiendan una colgona que puede provocar hasta una distrofia de cadera en los bebés? ¿A dónde vamos a llegar? ¿Qué será lo próximo? ¿Vender en las consultas colgonas compradas en Ebay? ¿Por qué no entran en contacto con profesionales como Red Canguro que llevan años difundiendo el porteo ergonómico?

Pero, claro, luego las que nos dedicamos a poner en peligro la vida de las mujeres y la de sus bebés somos las doulas. Las que hacemos negocio del puerperio somos nosotras. Las que no tenemos una titulación acreditada por el Ministerio de Educación somos las doulas, las matronas tienen una formación pagada por todos nosotros con nuestros impuestos. ¿Y de qué les sirve a ellas tener un título universitario, haber estado tantos años en la Universidad si recomiendan a las madres basuras semejantes o si las indican que tienen que amamantar diez minutos en cada pecho? Porque también estoy cansada de escuchar de boca de profesionales sanitarios consejos totalmente desfasados sobre lactancia materna. Es más, una compañera de mi curso de lactancia que se está preparando las oposiciones de enfermera se encontró con esta sorpresita en su manual:

La foto no es muy buena. Os copio a continuación el texto:

"La técnica correcta ha de ser la más cómoda posible tanto para la madre como para el recién nacido. La posición habitual de la madre es sentada con la espalda descansando en el respaldo y apoyando el píe del mismo lado del pecho sobre una superficie ligeramente elevada. La postura del niño entre los brazos es horizontal al pecho de la madre. En el transcurso de la lactancia la madre deberá pinzar el pecho entre su dedo índice y corazón por encima de la comisura del labio del niño, con el fin de no ocluir la nariz del lactante. El bebé debe estar despierto y requiere de leves estímulos para no quedarse dormido. El tiempo de amamantamiento es de 15 a 20 minutos, para evitar la toma excesiva del aire". 

Hay tantos disparates en estas líneas que ni sabes por dónde empezar. La única frase verdadera es la primera, que se debe facilitar la postura más cómoda tanto para la mamá como para el bebé. Lo de pinzar el pecho no es necesario y puede llegar a ser perjudicial, ya que puede acarrear una obstrucción del conducto galactóforo, exáctamente igual que utilizar un sujetador de una talla no adecuada. Los recién nacidos pueden perfectamente mamar y respirar a la vez, están preparados para ello. Es una conducta instintiva, no necesitan aprender nada. También maman cuando aparentemente están dormidos, no es necesario que les estimulemos de ninguna manera porque las miradas, las palabras o las caricias de mamá ya son de por sí lo sufucientemente estimulantes. Lo del tiempo del amamantamiento está tan desfasado que hasta me da vergüenza comentarlo. Los bebés se autoregulan y saben perfectamente hasta cuando mamar, cuando deber soltar el pecho. Unas veces hacen tomas cortas y otras veces harán toman más largas. Se sabe que la primera leche que sale cuando inicia la toma es muy líquida. Esta primera leche les hidrata. Y después aparece una leche con más grasa que es la que realmente les alimenta.

Ninguna asesora de lactancia dice barbaridades semejantes, aunque tenga una experiencia mínima.

También me he encontrado en el Instagram de una famosa bloguera de la que ya he hablado con anterioridad en este blog, una imagen de estas pezoneras fabricadas con cera de abeja. Le dejo un mensaje explicándole que no son para nada necesarias, que si tienes molestias o, incluso, ya grietas en el pezón, lo mejor es contactar con una asesora de lactancia que te ayude a corregir el agarre de tu hijo y que lleves el pecho al aire libre siempre que puedas. Que estas pezoneras no dejan de ser  caparazón duro y poco transpirable que lo que hace es mantener el calor y la humedad pegada al pezón. Pero, que lo más grave, es que pueden ser potencialmente peligrosas para los bebés porque existe la posibilidad, por remota que sea, de que se quede una pequeña porción de este producto ahherida al pecho y el bebé la ingiera. La miel es un alimento prohibido por La Asociación Americana de Pediatría y el Instituto Nacional de la Salud en EEUU por producir botulismo. Además, les remito a diferentes artículos de IBCLCs. Pues me encuentro con la triste sorpresa de que algunas de sus lectoras me contestan que se las han recomendado sus matronas y sus ginecólogas y que son excelentes profesionales. Hasta me contesta una supuesta matrona que me pregunta en qué universidad me formé yo como doula. Me quedo perpleja, en ningún momento dije que era doula y les remito a profesionales expertas en lactancia materna como son las IBCLCs. En fin...

Con amor Sol.

12. Miércoles Mudo. Women in Black

13. Miércoles Mudo. Día de la Tierra


Dejemos a Caroline Lovell descansar en paz de una vez

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Esta mujer que veis en la imagen se llamaba Caroline Lovell, era australiana, madre de dos niñas y fotógrafa. Lo más asombroso de su biografía es que parece que se muere varias veces al año. Tiene esa mala costumbre: morirse por encima de sus posibilidades. No pretendo frivolizar, ni mucho menos hacer chistes o bromas con la muerte de una persona, pero creo que la pobre se debe de estar revolviendo en su tumba porque su historia se tergiversó y se manipuló en su momento y se sigue tergiversando en la actualidad.  Por no hablar de cómo lo deben estar viviendo sus familiares, amigos o cualquier otra persona que la quisiera y que la haya sobrevivido. No creo que sea muy agradable para su entorno más cercano que les recuerden su muerte tan frecuentemente y menos que una tragedia tan grande como es la muerte de una persona joven y sana se esté utilizando para defender y abanderar creencias personales y supersticiones sin ninguna base científica.

Cada cierto tiempo su caso aparace en la redes sociales, incluso en los medios informativos, como si se hubiese muerto recientemente. Lo cierto es que ya han pasado tres largos años de su fallecimiento. Concretamente fue en enero del 2012. Esta fue la primera y la única vez que se murió Caroline Lovell, es así. Murió en un hospital al día siguiente de parir a su segunda hija. El nacimiento de su hija fue en su propia casa y fue asistido por comadronas, aquí es donde comienza toda la polémica. A su primera hija la parió en un hospital y al parecer también tuvo algún tipo de problema. Pero, lo normal, lo que ocurre en la inmensa mayoría de los partos domiciliarios u hospitalarios, es que no haya grandes dificultades. Es tan simple como que la mujer pare y su hijo/a llega a sus brazos y a su pecho. A veces, en los partos en casa, es necesario el traslado al hospital de la madre, pero ni siquiera es necesario tener una ambulancia esperando en la puerta de tu casa como popularmente se cree. El traslado se realiza en el coche que haya disponible. Lo más común es que el traslado sea como consecuencia del agotamiento de la madre y porque ella misma  lo haya solicitado. Desgraciadamente en el segundo parto de Caroline algo no fue bien. En cuanto su marido y sus comadronas detectaron que no se encontraba bien, fue trasladada con urgencia al hospital más cercano donde falleció al día siguiente. No murió en su casa, murió en el hospital. Su fallecimiento al parecer fue por una hemorragia que sus comadronas no supieron detectar. Parió en el agua y esto lo debió dificultar. Pero existen muchas medidas que se pueden tomar en partos en casa en caso de que se de una hemorragia: masaje uterino, inyección de oxitocina, extracción manual de la placenta, etc. En este caso, todo apunta a que fue una negligencia de las personas que la asistieron. Podéis leer la noticia completa del reciente juicio aquí, está en inglés y es de un periódico australiano.

Tampoco Caroline era una activista del parto respetado, del parto en casa o de los derechos de la mujer como se dijo en su momento y como se sigue insistiendo en la actualidad. Si realmente lo hubiera sido, una activista de cualquier causa, en Internet se podrían encontrar muchas otras fotografías de ella en manifestaciones, seminarios, conferencias o diferentes actos públicos. Pero no, sólo tenemos la imagen que yo misma he compartido para encabezar este post y que parece ser de su boda. Simplemente decidió parir en casa porque consideraba que era lo mejor para su hija y porque creía en el derecho de todas las mujeres a decidir cómo, dónde y con quién parir. Nadie se preocupa por un bebé más que su propia madre. Nadie se informa más sobre el embarazo, el parto o el puerperio que la propia mujer embarazada. No sé por qué resulta tan complicado entender esto y cómo nos atrevemos a juzgar a una mujer que decide conscientemente no seguir la corriente, tomar sus propias decisiones y asumir las consecuencias de las mismas.

Me parece increíble y muy surrealista que todavía hoy, después de tres años de su muerte, pueda seguir leyendo comentarios en blogs, foros o en noticias donde acusan a esta mujer de cosas tan terribles como ser una irresponsable, una insensata, una tonta, una caprichosa o hasta una mala madre. Afirmaciones tan superficiales y faltas de criterio como que antepuso sus propios deseos a las necesidades de su hija y que si hubiera parido en un hospital, estaría rajada, pero viva. Una cesárea no soluciona una hemorragia. Por favor, dejemos de ser tan ridículos y de hablar sin ningún tipo de medida y control de algo que desconocemos y que a nosotros mismos no nos afecta en absoluto. En general, no se puede hablar de ningún tema sin conocer en profundidad todos los detalles y los pormenores de la historia, pero cuando ya hablamos de la muerte de una persona me parece que hablar por hablar denota una falta total de ética y de moral. No quiero ni pensar en los comentarios que la harían si la fallecida hubiera sido su hija y no ella, como si alguien pudiera sentir más la muerte de un bebé que su propia madre. Me parece bochornoso. Nada de lo que digamos puede devolverle la vida a esta mujer, ni aliviar la pena de sus familiares o amigos, ni muchísimo menos va a mitigar el dolor de unas niñas que crecerán sin prácticamente recuerdos de su madre. Una madre que dio la vida por sus hijas, como lo haría cualquier otra madre.

En estos tres años que pasaron desde la trágica muerte de Caroline han muerto otras mujeres, en estos casos sí, durante su parto en un hospital o días después de que las dieran el alta hospitalaria, lo que indica una posible negligencia médica. Podéis leer algunos de estos casos aquí,aquí o aquí. Fijaros que son artículos de años diferentes y también de tres regiones distintas de España. En el último caso, fallecieron tanto la madre, como el bebé. No son los únicos casos que han sucedido en este tiempo, son simplemente los que yo personalmente he localizado para este post. ¿Habéis escuchado alguna crítica hacia estas mujeres? ¿Las han llamado públicamente irresponsables o caprichosas por elegir la opción de parir en un hospital? Es más, ¿se ha abierto algún debate sobre sus casos o simplemente han pasado como una terrible desgracia como, por ejemplo, lo accidentes de tráfico que se producen a diario en nuestras carreteras? La respuesta a estas tres preguntas es un rotundo no, excepto a que sus dramáticas historias han tenido poca repercusión social y ya nadie comenta sus casos. Parece que si te mueres en el hospital es que no ha quedado más remedio, que los médicos han hecho todo lo posible para salvar tu vida y ha sido una cuestión de mala suerte. Los profesionales sanitarios seguramente han llevado a cabo procedimientos más o menos invasivos como ponerte oxitocina, romperte la bolsa, inmovilizarte, monitorizarte de forma continua, no permitirte comer o beber agua, hacerte una cesárea urgente, etc. Repito, me resulta muy curioso que no se hable de estos casos porque algunas de estas mujeres han fallecido después de que les dieran el alta hospitalaria. ¿Nadie se pregunta qué falló? ¿Cómo ha sido posible que una mujer muera en casa cuando previamente había estado ingresada y supuestamente controlada en el hospital durante los días sucesivos al parto? En el caso de Alicante al que os he remitido, la mujer falleció como consecuencia de una infección que le provocó que le dejaran un trozo de placenta dentro del útero. Tengo una amiga que estudió con esta madre en el colegio, aunque en la actualidad ya no mantenían contacto. No son cosas que les pasan a otras. Nos puede pasar a cualquiera.

Lo cierto es que lo que sucede es lo único que podía haber pasado, tanto en el hospital, como en casa o en cualquier otro sitio. Las muertes maternas o de bebés a término en Occidente son casos muy extraordinarios, para nada usuales, y deberían causar todos el mismo revuelo o estupor en la sociedad. Pero está claro que dependiendo de donde se produzcan estas muertes, los medios de comunicación les dan una repercusión u otra. Y resulta lamentable que se manipule así una noticia afirmando cosas como que era "una activista del parto en casa" para crear más morbo, más sensacionolismo y parece ser que para las que realmente somos unas activistas del parto respetado decidamos replantearnos nuestras "locuras".

Existe una cultura del miedo en torno al parto de la que no resulta fácil escapar. Nos lo inculcan desde bien pequeños. Yo nunca he visto un parto en una película o en una serie que fuera medianamente normal. Siempre aparece la madre completamente fuera de sí y parece que la función de los médicos es tranquilizarla y tomar decisiones por ella. Hay que mantenerse muy informado y no creerse de entrada todo lo que nos cuentan o nos llega, sino que es preferible pedir y buscar segundas opiniones para poder contrastarlo todo. Nos hacen creer que el parto es un acto potencialmente peligroso por si mismo donde cualquier cosa puede suceder en cualquier momento a la madre, al bebé o a ambos. Pocas veces oímos que el parto es un proceso fisiológico, que nuestro cuerpo de mujer se prepara para parir a lo largo de toda nuestra vida mediante, por ejemplo, la menstruación (las contracciones del útero son las mismas que realizará durante el parto, pero en pequeña escala) y que la mayoría de los nacimientos son totalmente normales, sin ningún tipo de complicación, exáctamente igual que lo son los embarazos. Nos hubiéramos extinguido como especie si no fuera así. Creo que el caso de Caroline Lovell es un claro ejemplo de esta absurda cultura del miedo. ¿Será que nos intentan inculcar el temor a la vida y la indefensión aprendida desde el mismo momento de nuestro nacimiento?

Al parecer la persona que inventó o promocionó el running a nivel mundial murió de un ataque al corazón mientras practicaba esta actividad. ¿Habéis oído alguna vez que hacer running sea excesivamente perjudicial o, incluso, muy peligroso y que se desaconseje totalmente su práctica? También algunos futbolistas han muerto en pleno campo por alteraciones congénitas en el corazón que nadie había diagnosticado, el caso de Puerta, por ejemplo. El fútbol no es considerada una actividad de alto riesgo y yo no he oído jamás criticas tan destructivas hacia Puerta como hacia Caroline. Pues esto me parece bastante similar. Parir en casa acompañada por los profesionales sanitarios adecuados y habiendo llevado un embarazo sano, sin complicaciones, es totalmente seguro. Incluso puede ser hasta más seguro que un nacimiento convencional en el hospital según un estudio reciente realizado en Canadá que aparece en la edición del 15 de septiembre de 2014 de la revista científica CMAJ (Canadian Medical Association Journal).

Yo sinceramente estoy harta y muy indignada de ver compartida esta noticia por todos lados. Por favor, de una vez por todas, independientemente de lo que pensemos cada uno sobre el parto domiciliario, independientemente de lo que cada madre decida hacer, seamos respetuosos y no sigamos buscando polémicas sin sentido de un drama semejante.

Con amor Sol.

Violencia aceptada socialmente

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Durante esta semana varios vídeos que se han hecho virales en la red me han dejado muy impresionada, literalmente me he quedado con los pelos de punta. Los rescates de bebés aún con vida en Nepal me han parecido un verdadero milagro, un rayito de esperanza ante tanta desolación. Afortunadamente estos "pequeños milagros" ocurren en todas las grandes catástrofes. Contra todo pronóstico, se pueden encontrar supervivientes después de varios días sepultados bajo los escombros. La energía que invierte todo el pueblo en su búsqueda y su posterior rescate en condiciones muy extremas me parece que es digno de admirar. La solidaridad mundial que se despierta ante estos terribles acontecimientos me devuelve la confianza en el ser humano.

Pero he visto otros dos vídeos en esta última semana que me han removido mucho y quiero hablaros de ellos en este post. Seguro que habéis tenido la oportunidad de ver este vídeo:



A una madre que saca a su hijo de una manifestación en Baltimore a base de guantazos, empujones, gritos e insultos la han calificado en casi todos los medios como "la madre coraje" y "la madre del año". Y detrás de este vídeo se esconde lo realmente importante y la verdadera tragedia: un chico afroamericano supuestamente ha sido asesinado por la policía. No puedo evitar preguntarme dónde están las madres de estos policías que detuvieron sin motivo a Freddy Grey y por qué ellas no se liaron a bofetones con sus hijos para que no se metieran a policías para cometer semejantes atrocidades. Bueno, sí había motivo para detener a Freddy: su piel les pareció demasiado negra. Una vez detenido, bajo custodia policial, Freddy Gray sufrió la rotura del cuello y de la columna vertebral. Nadie se hace semejante lesión solo. Por si fuera poco ningún policía le trasladó al hospital ante sus quejas y sus súplicas, le dejaron morir después de supuestamente darle una brutal paliza. Me parece un crimen horrendo. He leído que es bastante frecuente que la policía de Baltimore se extralimite. Fuentes oficiales estiman que en los últimos cuatro años han tenido que pagar alrededor de 5.700.000 millones de dólares a las vícitmas para compensar sus actos de violencia y de abuso.

Pero quería hablaros del espectáculo para mí bochornoso que protagonizó esta madre del vídeo. No quiero juzgar a ninguna madre o padre, es lo último que desearía hacer. No conozco en profundidad sus circunstancias y no puedo ponerme en su piel. Pero tengo claro que no me parece digna de admiración y sí de compasión. Entiendo perfectamente que es una madre que saca adelante ella sola a cinco hijos. Que muy probablemente trabajará diez horas o más al día para que su familia pueda comer algo caliente todos los días. Que pertenece a una minoría étnica en un país donde el racismo y la discrimación están al orden del día. Y que lo que vemos en este vídeo es una clara situación de urgencia donde en cualquier momento un policía puede resultar herido y desecandenarse un estallido de violencia donde, como ya sabemos, un grupo será el claro perdedor. Es una madre que, como todas las madres, ama profundamente a su hijo. No lo pongo en duda en ningún momento, pero creo que desgraciadamente lleva años equivocándose.

¿Dónde aprendió este muchacho de tan sólo 16 años que era lícito emplear la violencia para defender una causa justa? Probablemente, exprimiéndolo mucho, fue en su propio hogar. Esos tortazos que se ven en el vídeo no creo que sean los primeros que recibe por parte de su madre. Lo lamento, pero estoy convencida de ello. Siento lástima cada vez que me encuentro con un caso similar. Padres carentes de otras herramientas como la escucha activa o la empatía utilizan los mismos medios que casi con toda seguridad emplearon sus propios padres con ellos cuando eran pequeños perpetuando de este modo la violencia generación tras generación. El problema no es que este chico estuviera en una manifestación con la cara tapada tirando piedras a los policías, el verdadero problema es dónde ha estado esta madre los 16 años previos a este hecho, qué valores ha inculcado a sus hijos. Si hubieran sido los valores adecuados, este chico no se hubiera visto envuelto en una prosteta así. ¿Quiere inculcarle el pacifismo a su hijo a base de ostias?

Hoy en día sabemos que el castigo físico tiene sus consecuencias emocionales que pueden afectar durante toda la vida, por mucho que nos empeñemos en manifestar que todos hemos recibido cachetes y no hemos salido tan mal. Diferentes estudios científicos demuestran que el castigo físico (para mí es maltrato en cualquier caso y venga de quién venga) está asociado con el desarrollo de desórdenes del estado de ánimo, trastornos de ansiedad, abusos de sustancias/drogodependencia y desórdenes de la personalidad.Y la primera consecuencia creo que queda muy clara en este vídeo, la normalización del empleo de la violencia. He escuchado declaraciones de este chico diciendo que su madre hizo lo que tenía que hacer. Sí, humillarle delante de medio mundo.

¿A alguien le puede parecer razonable que un jefe saque a empujones a su empleado de una manifestación? ¿O que lo hiciera un marido con su propia mujer? ¿Por qué justificamos unos tipos de violencia y no otros cuando todo es violencia y abuso de poder al fin y al cabo? La violencia sólo engendra más violencia, nunca es la solución. Y me alegro enormente de que Nelson Mandela no tuviera a su madre cerca el día que decidió que no iba a seguir permitiendo que en su país existieran leyes racistas. Un par de guantazos le hubieran ahorrado 30 años de cárcel y toda la humidad nos hubiéramos perdido el ejemplo de un hombre esencialmente justo.

El siguiente vídeo del que os quiero hablar me ha impresionado tanto que no lo voy a compartir aquí porque literalmente me envenena el alma y no soporto verlo más veces. Os dejo el enlace a la noticia con el vídeo atroz de los hechos por si tenéis estómago para verlo. Lo que sí comparto es la foto que se ha utilizado en la inmensa mayoría de los medios.


http://www.lavanguardia.com/sucesos/20150429/54430939840/profesora-maltrato-video.html

Más violencia ejercida por personas que te deberían querer, defender y proteger en todo momento. Y este caso es especialmente doloroso porque son niños muy pequeños, muy vulnerables. De hecho, no quería ver el vídeo cuando apareció la notica en los medios porque sabía de sobra que me iba a dejar tocada varios días. Con esta imagen donde se ve a la maestra con una rodilla hincada sobre el cuerpo del pequeño y las manazas en su cara me es más que suficiente. Pero lo acaban de poner en el Telediario mientras cenaba y se me ha atragantado la ensalada. Lo que más me impacta es ver al resto de los niños de la clase presenciar semejante violencia y normalizarla. Y no digamos la congoja que me produce que la otra profesora se queda tan campante, ni da un respingo en la silla, mientras ve como su compañera introduce a un bebé al revés en el saco de dormir, la cabecita donde deberían estar los píes. Por si fuera poco, lo inmoviliza sentándose en el extremo abierto del saco para que no pueda salir. ¿Pretendía axfisiarle?

No creo que estas "dos profesionales" sean reeducables. Lo que se ve en el vídeo tiene un nombre: sadismo. Os aseguro que si viera a una persona adulta a la que le he confiado el cuidado de mi hijo o de cualquier otro niño comportarse así, habría muchas posibilidades de que yo misma me convirtiera en un monstruo muy similar. Es algo como muy animal, muy salvaje e instintivo la necesidad de proteger a tu prole. Nace de muy adentro, es algo muy primario y en momentos así no existe el raciocinio. Creo que observando a otras especies mamíferas nos podemos dar cuenta de ello. A cualquier madre mamífera le separas de su cría nada más nacer o le intentas causar daño sus hijos de algún modo en cualquier momento de su crianza y puede llegar a matar. Las humanas creo que enfocamos toda esa rabia en culpa, en agresividad hacía nosotras mismas: "¿por qué no protegí a mi bebé?".

Quizás os parezca exagerado y desprorcionado comparar estos dos lamentables sucesos, pero no deja de ser maltrato infrigido en las situaciones más inesperadas para las víctimas. ¿No vamos a poder estar seguros en la escuela, ni en nuestro propio hogar, ni ante las personas que más nos deberían amar en esta vida? El maltrato por parte de una persona que te ha dado la vida me parece brutal. Se supone que tus padres te deben querer sin condiciones durante toda tu vida. Y el maltrato por una persona que ha elegido una profesión absolutamente vocacional, que trabaja a diario con niños, también es sin duda brutal y creo que en este tipo de casos la ley debería ser especialmente estricta y los maltratadores deberían tener más pena. Desde luego sólo en una sociedad muy enferma se dan estos casos.

EL NIÑO REFLEJA LO QUE VIVE
Si el niño vive en un ambiente de CRÍTICAS, aprende a CONDENAR.
Si el niño vive en un ambiente de HOSTILIDAD, aprende a ser AGRESIVO.
Si el niño vive en RIDÍCULO, aprende a ser TÍMIDO.
Si el niño vive AVERGONZADO, aprende a ser CULPABLE.
Si el niño vive en un ambiente de TOLERANCIA, aprende a ser PACIENTE.
Si el niño vive en un ambiente de ALIENTO, aprende a CONFIAR.

Si el niño vive en un ambiente de ALABANZAS, aprende a APRECIAR A OTROS.
Si el niño vive en un ambiente de EQUIDAD, aprende a ser JUSTO.
Si el niño vive en un ambiente de SEGURIDAD, aprende a tener FE.
Si el niño vive en un ambiente de APROBACIÓN, aprende a AMARSE A SÍ MISMO.
Si el niño vive en un ambiente de ACEPTACIÓN y de AMISTAD, aprende a ENCONTRAR AMOR EN EL MUNDO.


Dorothy Law Nolte (1924) escritora estadounidense.


Con amor Sol.

Leche de fórmula en situaciones de emergencia

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El gobierno de Nepal ha pedido expresamente que no se envíe leche de fórmula a su país. Podéis leer la noticia completa en el siguiente enlace:


Hace tiempo, concretamente en Navidades, compartí una foto en la redes de una campaña que se estaba llevando a cabo en mi barrio. La campaña en cuestión se llamaba "Operación bibe"y pedían leche de fórmula, biberones, chupetes o potitos para las familias más desaforecidas del barrio. Escribí esta entrada al respecto:


Me llovieron muchas críticas por todos los lados en plan de que había tener una mente muy enferma para ver algo negativo en una campaña así. En fin, para dejarlo claro de una vez por todas, comparto las palabras de una IBCLC, experta en lactancia materna, la doctora Carmela Baeza, con la que tuve el privilegio de formarme como asesora de lactancia el año pasado:

"Este es un tema de salud pública muy grave. El Gobierno pide que no se envíe fórmula de forma incontrolada porque hacerlo AUMENTA la mortalidad infantil. En zonas de catástrofe no hay agua potable. Preparar fórmula con agua sucia mata bebés. Preparar fórmula diluida porque tienes sólo un litro de agua para tus tres hijos mata bebés. Dejar de dar el pecho porque le has dado fórmula a tu bebé durante las tres semanas en que te la regalan las ONGs, que luego se marchan, asegura que después tu hijo muere de hambre. El Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna indica que, en caso de catástrofes, la empresa que envía las muestras gratuitas de fórmula DEBE hacerse responsable DE LA ALIMENTACIÓN DEL BEBÉ HASTA QUE YA NO NECESITE MÁS FÓRMULA. Es decir, si es un bebé de mes y medio el responsable de haberleol dado fórmula debe asegurarse de que tiene fórmula, agua potable y biberones higiénicos hasta que el bebé pueda comer otras cosas. Si no hacen esto, si sólo envían fórmula sin control ni apoyo a largo plazo, mueren bebés".

El critero siempre debe ser alimentar a la madre para que tenga fuerzas y energías para cuidar de su bebé y para que ella misma no sufra malnutrición. Pero, independientemente de lo coma la madre, su leche siempre va a ser de excelente calidad. Siempre es preferible las donaciones de otras madres o que los bebés tomen otros alimentos adecuados a partir de los seis meses. Precisamente las papillas tampoco son el alimento más indicado.

En estos casos, aunque parezca un ejemplo un poco tonto, siempre me fijo en cualquier otro mamífero. Por ejemplo, los gatos callejeros comen lo que buenamente pueden: restos de la basura, pájaros que cazan, con suerte algún vecino del barrio les deja pienso (y actualmente te pueden multar por alimentar a animales callejeros). Pasarán días enteros sin nada que llevarse a la boca. Pues siempre amamantan a sus crías y éstas logran llegar a adultos.

Con amor Sol.

Semana Mundial del Parto Respetado 2015

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Hoy arranca la Semana Mundial del Parto Respetado del 2015. Finalizará el próximo domingo 24 de mayo, coincide con las elecciones en España. Los lemas de este año son“Apoyo cariñoso continuo para mí y para mi bebé” y “El nacimiento es una cuestión de salud pública”.

Antes de formarme como doula, asesora de lactancia y demás, desconocía totalmente que existiera una Semana Mundial de la Lactancia Materna, de la Doula o del Parto y el Nacimiento Respetado. Cuando me enteré de todos los actos de sensibilización que se se llevaban a cabo en estos días, me pareció que eran algo realmente necesario. Siempre me parece digno de agredecer a todas las valientes mujeres que hablan en público de sus partos, que comparten generosamente sus experiencias con otras mujeres, ponen quejas o denuncias en los hospitales cuando es necesario y, sobre todo, luchan para que otras madres y sus hijos/as no sean maltratados en los paritorios como lo fueron ellas. También agradezco de todo corazón a las mujeres que tienen partos mágicos y gloriosos y deciden compartir los relatos, fotografías o los vídeos de los mismos para demostrar al mundo entero que se pueden hacer las cosas de otro modo. También doy las gracias, como no, a todos los profesionales sanitarios que están de nuestro lado, que se involucran y se arriesgan en sus puestos de trabajo por la libertad de elección y el respeto a nuestros cuerpos, a nuestra salud y la de nuestros hijos/as. No es fácil ir contracorriente. Me consta que este tipo de profesionales más comprometidos con los nacimientos respetados tienen un estrés muy alto e, incluso, sufren acoso laboral por parte de sus propios compañeros. Pero no puedo evitar que haya algo en esta Semana del Parto Respetado que me chirrie mucho. Es como el Día de la Mujer, ¿por qué tiene que ser necesario?

Dice Jesusa Ricoy, gran activista del parto respetado, entre otras muchas cosas:"se aproxima esa semana a la que me gustaría que se le cambiase el nombre. Bueno, en realidad, me gustaría que no existiese porque no fuera necesaria. La semana "por el parto respetado" me suena a víctima, lo siento. Pedir que se respete el parto para mí implica la posibilidad de que no se haga, que hay una opción A y preferimos la B, que pedimos algo excepcional, que necesitamos algo distinto... La semana debía ser por el fin de la violencia obstétrica y el fin de la mala praxis en la obstetricia. Debía ser por el fin del mal trato y el abuso a las mujeres y las familias durante el parto, yo no pido nada excepcional, me quejo de que la sociedad tolere mi abuso sobre los derechos que me pertenecen de manera inalienable. Se acabaron las responsabilidades de las víctimas, que se justifiquen los que hacen lo incorrecto, ilegal y criminal".

Estoy totalmente de acuerdo con ella. Quiero creer, por ejemplo, que la mayoría de las mujeres ya no tenemos que exigir un orgasmo o varios en nuestras relaciones sexuales, que finalmente hemos asumido que forman parte de nuestra sexualidad y que no somos meros objetos para el disfrute de los demás. ¿Por qué debemos exigir entonces que se nos respete en nuestros partos? ¿Nuestros partos no forman parte también de nuestra sexualidad? De hecho, muchos autores, entre los que me incluyo, sostienen que son el punto culmen de nuestra sexualidad como mujeres. Se supone que el día que nace tu hijo tiene que ser un día feliz. Es más, para muchas mujeres debe ser el día más feliz de toda su vida, un recuerdo inolvidable. ¿Por qué contaminar lo que debería ser la perfecta historia de amor con tratos vejetarios por parte de las personas que nos deberían cuidar y proteger en un momento tan especial y tan vulnerable? ¿Por qué se siguen aplicando protocolos desactualizados y maniobras no informadas o claramente en contra de la voluntad expresa de la mujer? ¿Por qué se producen separaciones innecesarias con tu bebé y un largo etcétera de abusos de poder que pueden traumar a una madre y a su hijo y dificultar su vínculo o, incluso, poner en claro peligro su vida? ¿Por qué tenemos que pagar por un parto respetado en casa o en otro sitio y si no tenemos dinero exponenos a que nos traten de cualquier forma? Mientras me siga haciendo todas estas preguntas, me siguirá indignando un poco que celebremos esta semana.

Os dejo un fantástico vídeo que ya he compartido más veces a través de la redes sociales. Ha sido elaborado por la Plataforma Pro Derechos del Nacimiento que preside Angeles Hinojosa.“Hace pocos años que sabemos que los bebés sienten, y por tanto gozan o sufren dentro del claustro materno y cuando están naciendo. Hasta el año 1985, se intervenía quirúrgicamente a los recién nacidos sin anestesia, porque creían que no sentían dolor físico. A nadie se le pasaba por la cabeza que tuvieran emociones".

14. Miércoles Mudo. Comienza mi viaje a Ítaca

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